Lily Luciano
La noche del 7 de abril prometía ser una linda celebración. Jeniré Mena Martínez (Menita), Venezolana, madre soltera, diseñadora de vestuario para cine, teatro, comerciales y editoriales, había decidido salir a festejar su cumpleaños número 40 en el icónico centro de entretenimiento Jet Set. Pero lo que debía ser una velada de alegría se convirtió en una tragedia que cambiaría su vida para siempre.
La madrugada del 8 de abril, el techo del lugar colapsó repentinamente, dejando a 236 víctimas y varias personas atrapadas bajo los escombros. Jeniré fue una de ellas.
“Fue un día tranquilo y bonito con mi mamá y mi hijo Santiago (13 años), fuimos a comer los tres a Gascue y luego mis amigas Ana María Ramírez y Pierima Noguera (esta última fallecida esa noche) me invitaron hacer algo diferente y decidimos ir al Jet Set a ver a Rubby Pérez, para celebrar y disfrutar, porque en mi natal Venezuela todas las Navidades y fiestas lo escuchábamos”.
Con una copa de vino blanco y muy cerca de la pista Menita, recordaba su familia en Venezuela, “pensaba que sería lindo traer a mis tías a ese lugar porque se divertirían”.

De un momento a otro todo se me venía encima. Lo último que recuerda Menita es la cara de su amiga Pierina quien perdió la vida en la tragedia.
Fue rescatada, pero con múltiples lesiones físicas y emocionales.
“Lo más difícil fue aguantar el dolor, darme cuenta que estaba en un pozo de sangre, recostar mi rostro en lo que creía era un cadáver, ver a las tres personas que me rodeaban morir gradualmente, no escuchar la voz de mi amiga Pierima”, recuerda.
Agrega que, con su amiga Ana María empezó a rezar el Ave María y hablar esperanzadoramente. “Poco a poco fui perdiendo fuerzas, me agotaba y sentía la sangre correr por mi cara. Pensar en mi hijo me mantenía fuerte”, recuerda con dolor.
Tras el hecho las lesiones físicas le han impedido continuar con su trabajo.
Con las cuentas médicas y los gastos acumulándose, su madre y su hijo a su cargo y sin ingresos estables, Jeniré hizo lo que muchas personas hacen cuando las cosas se ponen difíciles: se reinventó. Hoy, desde su pequeña cocina en Santo Domingo, Jeniré prepara postres por encargo, reactivado un emprendimiento denominado “La Sal de tu Lechosa”.
“Las cuentas por pagar no esperan y mi hijo solo depende de mi. Necesitaba generar ingresos rápidos, además mi sueño siempre ha sido vivir en la playa y tener una pastelería, así que siento que Dios está obrando”, dice con fe.
A través de su cuenta de Instagram, @lasaldetulechosa comenzó a vender y promocionar sus postres, con un emotivo vídeo destacando que, como proveedora su único deseo es lograr cubrir los gastos fijos de su familia. “Las fuerzas para seguir adelante a pesar de esto, vienen del amor por mi hijo”.
Una dulce red de apoyo
Gracias a la venta de sus postres está avanzando en sus compromisos económicos. “Puedo pagar la casa, la luz y he podido cubrir una cuota de mi carro”, comenta con alegría, y reconoce el fundamental apoyo de su familia y amigos.
Los postres de ‘La Sal de tu Lechosa’ están disponibles por encargo, con la opción de entrega a domicilio o recogida en la casa. Quienes desean apoyar esta dulce causa, pueden hacer sus pedidos a través de sus redes sociales o llamando al 809-514-2023.