Moscú.– Mientras Estados Unidos mantiene intensas consultas con ucranianos y europeos sobre los puntos más controvertidos del plan de paz, el ejército ruso continúa impasible su ofensiva en todos los sectores del frente.

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De hecho, las tropas rusas avanzan a un ritmo -9,3 kilómetros cuadrados diarios desde la cumbre de mediados de agosto en Alaska- que no se veía desde hacía mucho tiempo y que le ha permitido tomar más de una veintena de localidades y varios cientos de kilómetros cuadrados en las últimas semanas.

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El presidente ruso, Vladímir Putin, lleva varios meses pidiendo al gobierno ucraniano que ordene a sus tropas que se rindan y abandonen de una vez por todas el Donbás, ya que, de lo contrario, el coste para Ucrania será cada día mayor.

Sea como sea, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se niega a replegar sus tropas de todo el Donbás, demanda que también figuraba en la versión original de plan de paz ante del retoque europeo.

 La batalla por el corazón del Donbás

La joya de la corona de la ofensiva otoñal-invernal de Moscú son los bastiones de Pokrovsk y Kostiantínivka, desde los que los rusos esperan conquistar el próximo año las plazas fuertes del norte de la región de Donetsk: Sloviansk y Kramatorsk.

El Estado Mayor ruso estima en el 75 % por ciento, como mínimo, el control de Pokrovsk por parte de sus unidades -éstas habrían liberado en las últimas 24 horas otros dos barrios-, a lo que hay que sumar la ciudad satélite de Mirnograd, donde los rusos también avanzan a marchas forzadas.

Los rusos no han podido completar el cerco, aunque el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) informa este lunes de recientes avances en la localidad de Rodinske, clave para cerrar las últimas vías de retirada ucraniana.

En total, los soldados rusos han tomado en lo que va de año más de 3.000 kilómetros cuadrados en Donetsk, donde los ucranianos controlarían menos del 20 % del territorio.

“Kostiantínivka será liberada definitivamente en el plazo de uno o dos días, no más”, dijo hoy el general mayor Serguéi Lipovoi al periódico Argumenti y Fakti sobre la ciudad situada a solo 25 kilómetros de Kramatorsk.

Con todo, ISW pronostica que a este ritmo Moscú necesitaría, en el mejor de los casos, hasta agosto de 2027 para conquistar toda la región hullera. Según la prensa, los generales estadounidenses advirtieron a Ucrania que los rusos tomarán todo el Donbás en el plazo de un año.

La franja de seguridad

Mientras, por orden directa del comandante supremo, Vladímir Putin, el ejército ruso continúa avanzando en los aledaños de los cuatro territorios anexionados con el fin de crear una franja de seguridad en las regiones de Járkov y Dnipropetrovsk.

Los rusos aseguran haber tomado la ciudad de Kúpiansk, un nudo de comunicaciones clave para seguir avanzando hacia el sur, en dirección a Donetsk. Putin añadió que los rusos han rodeado a quince batallones ucranianos cerca del río Oskil.

En cambio, fuentes ucranianas sobre el terreno consultadas por EFE aseguran que los rusos aún no controlan la ciudad y que los combates continúan en el mismo centro de Kúpiansk.

El objetivo de Rusia es magnificar los éxitos de la ofensiva rusa con el fin de hacer creer a la opinión pública ucraniana y a Estados Unidos de que su victoria es inevitable y que Kiev debe deponer las armas.

La Federación Rusa también asegura haber tomado casi totalmente la localidad de Vovchansk, que se encuentra a escasa distancia de la frontera rusa.

En cuanto a Dnipropetrovsk, región natal de Zelenski, los rusos han tomado varias localidades de menor tamaño para un total de unos 200 kilómetros cuadrados desde que se adentraron en enero desde la vecina Donetsk.

La ofensiva de Zaporiyia

Los rusos cosecharon sus mayores éxitos desde octubre en la región meridional de Zaporiyia, cuyo tercio norte es controlado por Kiev, al igual que ocurre en Jersón.

Sus tropas se encuentran ya en las inmediaciones de la localidad de Huliaipole, aunque aún a casi cien kilómetros de la capital regional, bajo control de Ucrania.

Según informa Defensa, sus tropas avanzaron varios kilómetros de profundidad en las líneas enemigas en noviembre hasta ocupar más entre 200 y 300 kilómetros cuadrados desde el 1 de noviembre.

La mancha en el historial de ofensivas rusas de los últimos meses es Jersón, donde el río Dniéper ha impedido que sus tropas crucen a la otra orilla para recuperar el territorio que perdieron en la humillante retirada de 2022.EFE