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Qué es el «cheat meal» o comida trampa y cuándo es mejor hacerlo

Cheat meal hace referencia a una comida excepcional que interrumpe de manera momentánea un plan de alimentación. La traducción literal es ‘comida trampa’ y se utiliza como un «descanso» dentro de una dieta organizada. Con frecuencia, consiste en incluir algún bocadillo o plato más calórico de lo normal.

La práctica puede funcionar como una motivación, dado que se obtiene una recompensa al ingerir una comida predilecta. Para muchos, no solo no afecta los objetivos finales, sino que contribuye al cumplimiento general del plan, siempre que se realice de manera controlada.

Existen muchas formas de incluir un cheat meal, como programar un almuerzo, una cena o solo un acompañamiento de ciertos alimentos. Sin embargo, hay que tomar precauciones para evitar que derive en un hábito poco saludable o que se generen atracones.

¿Cómo planear una comida trampa?

Lo primero que hay que considerar es que se trata de una excepción a un plan de alimentación saludable. Esto significa que el concepto de cheat meal solo funciona si— durante la mayor parte del tiempo— ingerimos alimentos acordes a una dieta equilibrada. Dicho esto, puede llevarse a cabo designando una comida a la semana para incluir un plato fuera de los parámetros dietéticos.

Si se prefieren los postres, es mejor separarlos para otra jornada y no ingerir todo en el mismo momento. Recuerda que se trata de darse una «recompensa» y no de comer hasta exceder los límites. Por tal motivo, no es necesario llegar al punto de sentirse demasiado llenos solo por ser una instancia permitida.

¿Cuándo es mejor hacerlo?

Es recomendable designar un día a la semana y, dentro de ese día, elegir una de las cuatro comidas regulares (desayuno, almuerzo, merienda o cena). De este modo, se evita la ingesta desmedida durante las 24 horas. Aunque existe un enfoque de recompensa conocido como «cheat day», el cual abarca toda la jornada, es más sugerible destinarlo a un momento puntual.

Asimismo, resulta conveniente elegir una sola comida semanal o, como máximo, dos. Quienes buscan ganar volumen con su plan alimenticio y lo hacen en el marco de un entrenamiento exigente, suelen realizar dos o tres ‘comidas trampa’ semanales.

En cuanto al momento específico del día, no hay una regla establecida, depende de las preferencias personales y la elección entre desayuno, almuerzo o cena. Puede resultar útil reservarlo para días festivos, como un cumpleaños o la Navidad, donde es muy probable que abunden platillos diversos.

Consejos para mantenerlo bajo control

El concepto de cheat meal es tomarse un descanso de lo establecido por una determinada dieta. No obstante, también debe realizarse en el marco del autocontrol y, para ese objetivo, existen algunas acciones útiles:

  • Tomar más agua de la habitual durante todo el día asignado al cheat meal.
  • Beber al menos un vaso de agua antes de la comida trampa, evitando gaseosas, bebidas azucaradas y cualquier líquido calórico.
  • Mantener un balance de 80/20 o, en lo ideal, de 90/10. Es decir, un 80 o 90 % de las comidas bajo los parámetros de la dieta y un 10 o 20 % fuera de ellos.
  • No excederse en la cantidad de grasas saturadas, sodio o azúcares añadidos, aun en las comidas trampa. Para eso, es útil planificar las raciones. Por ejemplo, si se trata de una pizza, no pasar de dos o tres porciones.
  • Tener cuidado con las dietas estrictas. Algunos planes de alimentación son muy rigurosos y no admiten comidas trampa, al menos durante cierto periodo. Si llevas a cabo uno de ellos, consulta con tu nutricionista antes de incluirlas.
  • No convertirlo en un hábito. Es necesario mantener el cheat meal en una jornada y momento específico para evitar que el comportamiento frente a las comidas se flexibilice en exceso. El riesgo es recaer en la generación de hábitos que atentan contra los resultados de un plan alimenticio.
  • Evitar la culpa. Si bien el concepto de «trampa» conlleva una carga negativa y de rompimiento de reglas, es importante considerar al cheat meal como una recompensa. En este sentido, un estudio encontró que, quienes asociaron la torta de chocolate con la culpa, tuvieron menos éxito en perder peso en comparación con quienes la consideraron una celebración.

¿El cheat meal ayuda a perder peso?

No hay una respuesta única que generalice los efectos de las comidas trampa. Para algunas personas puede resultar una motivación, lo que deriva en un cumplimiento más efectivo de la dieta durante el resto de las jornadas. De hecho, una investigación publicada en The International Journal of Obesity mostró mejores resultados en un plan para perder peso en personas que tomaron «periodos de descanso».

A su vez, algunos especialistas sostienen que conlleva beneficios a nivel metabólico. Por ejemplo, estimula los niveles de leptina, una hormona vinculada a la saciedad. También, favorece la quema de calorías y el aumento de las reservas de glucógeno, siempre que se haga de manera excepcional.

Sin embargo, no existe evidencia suficiente para sustentar estos efectos. Lo más probable es que, quienes tienen éxito en la pérdida de peso aplicando las comidas trampa, sea porque las combinan con una ingesta calórica medida en la dieta general.

¿Quiénes deben evitar las comidas trampa?

El cheat meal implica ciertos riesgos, como generar un hábito negativo que termine perjudicando los resultados generales de una dieta estricta. Además, la práctica puede asociarse con episodios de atracones. Para que no ocurran, se deben tomar los consejos ya descritos sobre el autocontrol, pero no todas las personas tienen la misma capacidad de hacerlo.

En este sentido, es recomendable que lo eviten quienes tienen problemas para controlar sus impulsos. Tampoco es sugerible para las personas que padecen diabetes o hipertensión, ya que deben seguir una dieta elaborada por un nutricionista.

Cheat meal: una práctica inofensiva, pero bajo ciertos parámetros

Es complejo concluir si las comidas trampa son favorables en una dieta para perder peso. Cada persona es diferente en este aspecto y debe adaptar las prácticas a su metabolismo. Para muchos, parece positivo a nivel motivacional contar con un descanso para los fines de semana o cualquier momento específico. Para otros, supone el riesgo de generar hábitos alimenticios negativos.

Recuerda que, para evitar las consecuencias, el cheat meal depende de que el resto del tiempo se cumpla con la dieta. En este sentido, es recomendable consultar con un nutricionista para que lo incluya en tu plan alimenticio de manera controlada y planificada.

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