Carlos McCoy
Cada vez que el licenciado Luis Abinader asiste a un cónclave internacional, como el más reciente del CARICOM en Las Bahamas, parece ser el canciller de Haití y no el presidente de la República Dominicana.
Reuniones van y vienen y nuestro primer mandatario mantiene la misma monserga diplomática a favor de los haitianos la cual no le ha dado ningún resultado. Por el contrario, continúa incrementándose peligrosamente la presencia de ilegales de ese conglomerado humano en todo el territorio nacional incluyendo las criminales bandas que han convertido ese país en un infierno.
Poco le ha faltado al señor Abinader para pedirle de rodillas a los Estados Unidos de América su intervención en la calamitosa situación haitiana.
La respuesta de USA ha sido la indiferencia y de ñapa dejar a nuestro país sin una representación diplomática de categoría. Por ejemplo, el señor Robert Thomas, encargado de negocios de USA en República Dominicana anunció su renuncia.
No conforme con esto, los ataques a la República Dominicana ya no son solo con acusaciones de abusos a los ilegales migrantes haitianos en nuestro país sino también comenzaron a poner en peligro una de nuestras principales fuentes de divisas como lo es el turismo.
Han comenzado una campaña a tan alto nivel que el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken En noviembre de 2022 emitió una alerta advirtiendo a los ciudadanos afroamericanos estadounidenses no visitar República Dominicana porque, de acuerdo a la nota, en el país estaban cometiendo actos de discriminación racial contra esos turistas.
La última advertencia para que los ciudadanos americanos no visiten nuestro país, esta vez alegando problemas de crímenes, drogas, armas ilegales y seguridad en sentido general, la acaban de emitir hace apenas unas semanas
Los Estados Unidos de América, como una galleta sin manos recientemente nombraron un embajador en Puerto Príncipe y han dejado fuera a la República Dominicana.
Solo dos países de América se mantienen sin un embajador americano, nosotros y Cuba.
Ya está bueno de soportar vejámenes y desprecios defendiendo a un Haití malagradecido cuya constante ha sido de enfrentamientos y de difundir mentiras contra nuestro país. El licenciado Luís Abinader debe poner delante su posición como presidente de la República Dominicana y representarnos con un poquito de orgullo y decoro o, por el contrario, si tiene miedo de alguien o de algo, dejar de asistir a esos congresos. Calladito se ve más bonito.