Juan López
Contrario a nuestros deseos políticos, el PLD se encuentra en una delicada situación en la actual coyuntura política como consecuencia directa de ciertos errores que se han cometido y por “acciones indebidas” de ex funcionarios del pasado gobierno; a lo cual, inequívocamente, el gobierno del PRM-Abinader le quiere sacar provechos políticos para favorecer sus pretensiones reeleccionistas, en los comicios del 2024.
Al margen del calendario electoral aprobado por la JCE, la sociedad política de nuestro país está en plena precampaña electoral. El PRM y funcionarios del gobierno han redoblado sus actividades reeleccionistas, mientras los principales partidos de oposición (PLD, FP y PRD) promueven sus respectivas propuestas electorales.
En esta coyuntura política (precampaña electoral) “surgió el expediente Calamar” que, por los principales ex funcionarios encartados, provocó inmediata reacción de la cúpula del PLD. Con más emoción que serena premeditación política, originalmente se quiso implementar acciones defensivas con protestas en las calles.
Luego, con “cabezas frías”, más informaciones y una mejor reflexión, la dirigencia del PLD suspendió la marcha que había programado para el pasado fin de semana y otras protestas callejeras. ¡Esas suspensiones fueron una correcta y pertinente decisión política!
En la actual coyuntura política no existen condiciones objetivas ni subjetivas para desatar una lucha frontal en las calles contra el gobierno. Hacerlo sería un suicidio político de consecuencias imprevisibles que, políticamente, afectaría los planes y objetivos electorales del PLD.
Por los nuevos giros que se están vislumbrando en el “expediente Calamar”, en esta reflexión presentamos una sana y bien intencionada sugerencia a la dirigencia y militancia del PLD:
La batalla contra los propósitos del gobierno del PRM-Abinader en afanosa búsqueda de la reelección y, directamente, contra el PLD, debe ser librada, fundamentalmente en el plano político, priorizando estos tres frentes:
1.- Utilizar las calles, barrios, pueblos y ciudades para incrementar las actividades electorales para la promoción de la candidatura de Abel Martínez y agilizar el proceso para escoger los candidatos a las alcaldías y al Congreso Nacional.
2.- En cuanto al “expediente Calamar” y otros posibles, enfrentarlos en el plano jurídico, en los tribunales. Poner toda la estructura jurídico-legal del PLD para defender en los tribunales a los encartados que, objetivamente, la dirección valore sus inocencias. También insistir en demandar, con métodos pacíficos, por todos los medios posibles el respeto al debido proceso, la presunción de inocencia y a los derechos humanos de los peledeistas inculpados.
3.- Simultáneamente con lo anterior, el PLD tiene que importantizar las negociaciones estratégicas para crear una fuerte alianza electoral con los partidos y fuerzas vivas de la sociedad que están, definitivamente, dispuestos a ejercer una activa oposición política contra las improvisaciones, la inseguridad ciudadana, el alto precio de los productos de la canasta básica familiar y las pretensiones reeleccionistas del Gobierno del PRM-Abinader.
Hoy más que nunca, al PLD la actual coyuntura política le exige saber “luchar con razón, con ventajas y sin sobrepasarse”. Evitar cometer más errores políticos, anular la bravuconería callejera, utilizar la positiva experiencia de Estado acumulada, desestimar las improvisaciones con actividades emotivas y colocar los conocimientos e inteligencia política al mando de sus principales acciones, a los fines de preservar la unidad del PLD y avanzar en sus metas políticas-electorales. !Ahora, ese es el camino a recorrer!