Sergio Sarita Valdez
La próstata es un componente importante del aparato reproductor masculino. Tiene forma de una pera y está ubicada por debajo de la vejiga.
El tallo corresponde a la uretra que conduce la orina al exterior por medio del pene. La glándula prostática produce una secreción lechosa en la que navegan los espermatozoides generados en cada testículo. A partir de la adultez y en la medida que aumenta la edad también crece el volumen glandular, así como el riesgo de que se desarrolle un cáncer.
Los hombres afrocaribeños con regímenes dietéticos cargados de grasa animal y pobres en vegetales cocidos y tomates son propensos a padecer de esta dolencia. Los 35 años sería la edad más temprana para que los dominicanos iniciaran sus chequeos periódicos con miras a la detección temprana de esta modalidad neoplásica. Los estudios de autopsias muestran que a partir de los cuarenta años empieza a subir la incidencia de esta patología urológica.
Todo arranca modernamente con una resonancia magnética prostática; acompañada de la determinación de una prueba sanguínea de antígeno prostático específico, abreviado en inglés como PSA.
De más está decir que un tacto rectal realizado por el dedo experto del urólogo es parte importante de la evaluación inicial.
Recordemos que dicha tumoración se localiza con más frecuencia en la zona periférica y posterior de la glándula.
La enfermedad tiene un inicio silencioso, quizás con alguna disfunción eréctil poco específica. Ante alguna anormalidad sospechosa de malignidad el siguiente paso es la toma de muestras de tejido, mediante biopsias por aguja bajo la guía de una sonda rectal ultrasonográfica con previa interpretación y ubicación con la resonancia magnética.
El examen histopatológico tomará en consideración las características citológicas de las células y su modo de organización tisular.
En 1966 el patólogo doctor Donald Gleason ideó un sistema para correlacionar la apariencia microscópica de la neoplasia con el comportamiento clínico y pronóstico de la enfermedad. El método ha ido modificándose progresivamente y ya para 2019 se citan los patrones 3, 4 y 5. A su vez los patrones se organizan en grupos 1, 2, 3, 4 y 5 correspondiendo los números más bajos a un mejor pronóstico y las cifras superiores a un peor comportamiento.
El estadiaje de la afección se refiere en oncología al tamaño del tumor, la invasión local, estado de los ganglios linfáticos regionales, así como la presencia o no de tumor metastásico. La presencia de neoplasia en los huesos reduce la calidad de vida considerablemente debido al fuerte dolor crónico persistente. La inteligencia artificial juega cada día un rol de importancia.