Pedro Rene Almonte Mejía
Cada cierto tiempo las calles de Santo Domingo nos sorprenden con hechos lamentables y violentos, que bien se podrían evitar, pero ocurren una y otra vez, sin aparentemente tener una solución.
La violencia de estos “muchachos” se ensaña con las mujeres, parece que estos “tígueres” se hacen la idea, de que las pueden agredir y con “mandarse a huir” es suficiente.
La calle es la empresa que recibe a cualquier tipo de gente, sin pedirle papeles de buena conducta; referencias personales y laborales; número de cedula o lugar en donde vive si no es la propia calle.
En tal sentido, cuando digo que la calle es una empresa y que probablemente sea una empresa tan grande como el empleo informal le ha permitido crecer. El desorden en nuestras ciudades es mayúsculo y sólo basta ver como un mecánico te arregla un carro al borde de un contén o un pintor de vehículos usa el espacio público para poder laborar.
Menciono algunos oficios callejeros además de los famosos limpiavidrios, porque aunque estos “muchachos” son los que hacen saltar los sentimientos de indignación de la población, cada vez que hacen uso de la violencia contra una mujer para descargar su ira, o problemas de adaptación en una sociedad que cada vez los excluye más. Pero… ¿Cómo resolver este problema? ¿Hay solución?
De hecho, desde mi punto de vista, sí hay solución a este problema. Habría que ver si las autoridades municipales y del orden público ven el tema como algo más allá de un “simple” hecho aislado de violencia callejera ejecutado por un “muchacho”, un carajete que más tarde la propia calle le proporcionará un arma de fuego y será un potencial atracador y/o asesino.
De modo que , las autoridades municipales pudieran comenzar por ilegalizar dicha actividad u otra parecida , que pudiera estar penalizada con hasta 3 días de cárcel y trabajos comunitarios por 15 días , posteriormente vendría un proceso de fiscalización de dicha actividad , donde las autoridades sepan el número de cedula de estos “muchachos” y dónde viven , pero a lo que debemos aspirar como sociedad es que estos jóvenes estén cursando carreras técnicas , para que puedan insertarse en el mercado laboral formal .
El problema es multifactorial, y hasta que las autoridades no lo vean como lo que es realmente, la solución nunca llegará.
Ayer fue la hija del señor Camel Bortokam, mañana puede ser cualquier mujer en su carro camino a la universidad o lugar de trabajo…