Juan López
La sabiduría popular enseña que “más vale caer en gracias que ser gracioso”. ¡Así es! No han valido los ingentes esfuerzos que se han hecho desde la República Dominicana (RD) por “caer en graciosa” ante la bendita ONU.
Otra vez la ONU se vuelca en contra de la RD, a propósito de las gravísimas y múltiples crisis que hunden a la vecina república de Haití. Los inefables funcionarios de la ONU reiteran su animadversión ante la RD.
El merecido zarandeo y repulsa que la pluralidad de sectores sociales, económicos, sindicales y políticos han propinado al inoportuno y provocador proyecto de “ley de trata, explotación y tráfico de personas”, enviado por el presidente Abinader al Senado, es la natural reacción ante las reiteradas presiones y chantajes que están ejerciendo la ONU y ciertos organismos de la comunidad internacional para que la RD asuma, sin poder, la creciente e indocumentada migración haitiana.
Se impone que sin dilaciones, el presidente Abinader sea coherente con sus diferentes declaraciones ante la ONU, la OEA y su negativa a firmar la “Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección”, suscrita por otros 20 países, en junio de 2022, lo cual evitará que la ola de repudio nacional se incremente con consecuencias imprevisibles.
Las justificadas razones a rechazar el proyecto de ley de trata de personas se explican en nuestra reflexión “Inaceptables e irresponsables las solicitudes de la ONU” que publicamos, el 13 de noviembre de 2022. Por la pertinencia de su contenido, a continuación copiamos algunos de sus párrafos:
“La ONU, recientemente, a través de su Alto Comisionado para los Derechos Humanos y de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha desatado una ofensiva pública internacional contra la R. Dominicana (RD), reiterando las siguientes solicitudes y reclamos:
«Hace una semana pedí que se detuvieran las deportaciones a Haití, dada la crisis humanitaria y de derechos humanos a la que se enfrenta ese país. La R. Dominicana (RD) debe detener las deportaciones de ilegales haitianos, sino que también que redoble esfuerzos para prevenir la xenofobia, la discriminación y las formas conexas de intolerancia basadas en el origen nacional, racial o étnico, o en la condición de inmigrante”.
“Por razones desconocidas, los voceros de la ONU nunca se refieren a otros países de la región (Chile, Panamá, Cuba, Guatemala, México, etc.) que, en base a sus respectivas Constituciones, leyes y políticas migratorias, deportan con frecuencias a miles de haitianos ilegales que han llegado a sus territorios; inclusive en EE.UU. utilizando procedimientos antihumanos, típicos de la época de la esclavitud como. ¡Solo se refieren y acusan a RD!
“Es decir, de conformidad con la visión y conocimiento de los representantes de la ONU, desde sus muy confortables oficinas en Suiza, ellos están autorizados a impartir órdenes al gobierno y a estigmatizar a RD, que supuestamente practica la “xenofobia, la discriminación y las formas conexas de intolerancia basadas en el origen nacional, racial o étnico, o en la condición de inmigrante.”
¡Cuánta agresividad y ofensas vomitaron los autoritarios representantes de la ONU contra el pueblo y gobierno dominicanos! ¿Dónde abandonaron la “imparcialidad” y los principios de la autodeterminación, libre albedrío, independencia y soberanía nacional que legitiman la política y procedimientos migratorios que, en buen derecho internacional, asisten a la RD?
“El pueblo y gobierno dominicanos han sido siempre los primeros que acuden en solidaridad del pueblo haitiano, ante diferentes calamidades producidas por fenómenos de la naturaleza y las inconsecuencias de las élites económicas, liderazgos políticos y de los gobiernos haitianos que, históricamente, son los verdaderos autores de las desgracias del pueblo haitiano; creando y profundizando las graves crisis económicas, sanitarias, sociales y políticas que han convertido a ese país en el más pobre del hemisferio occidental.
“También es válido preguntar a los referidos representantes, a la fecha: ¿Qué han hecho la ONU y comunidad internacional ante la desesperada y urgente solicitud que, recientemente, les hicieron el Consejo de Ministros de Haití y el primer ministro Ariel Henry por una “urgente intervención para controlar las caóticas acciones criminales de las bandas armadas que mantienen a ese país en total zozobra, mediante secuestros, extorsiones, asesinatos, bloqueos de carreteras y violencias?
“¿Por qué la ONU y la comunidad internacional no han tomado una decisión para contribuir con la solución de la crisis de Haití, no obstante la formal solicitud que se les hizo?
“¿Por qué algunos funcionarios de la ONU se empecinan en identificar a la RD como causa y solución de las calamidades por las que atraviesa el pueblo haitiano?
“¿Por qué la ONU y sus “eficientes” organismos técnicos, la OEA, EE.UU, Canadá, Unión Europea, BID, FMI, Banco Mundial, etc. siguen paralizados, limitándose a observar las penurias haitianas y no proceden con significativas ayudas económicas, técnicas y sanitarias urgentes, antes de convertir a los haitianos en parias, cuyas crisis trascienden a las naciones de la región; obviamente, incluyendo a la RD en primera línea de países afectados?
Por todo lo anterior, consideramos que los reiterados reclamos de la ONU contra RD son, absolutamente, “inaceptables e irresponsables” y por vía de consecuencia, procede que el presidente Abinader retire el supradicho proyecto de ley de trata de personas.