Puerto Príncipe. Los obispos haitianos dirigieron una carta al gobierno de su país solicitando la implementación de políticas públicas que ayuden a mejorar la situación de pobreza e impedir el alto nivel de inseguridad que reina en Haití.
La iglesia haitiana agradeció la labor de los comunicadores que informan a la población sobre los acontecimientos que suceden día a día en el país y condenaron los programas radiales que crean falsas noticias y asustan a la población sobre secuestros y tráfico de armas en zonas específicas.
Los obispos dijeron estar comprometidos con la educación, la salud, en la promoción de la dignidad y los derechos humanos, en el desarrollo social y en toda clase de buenas obras de caridad en Haití. La carta fue firmada por los 10 obispos titulares de todo el territorio haitiano.
A continuación, la carta íntegra
“Conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres” (Juan 8, 32). La Iglesia Católica en Haití, que tiene Obispos Católicos en las diez (10) Diócesis, en diez Departamentos del país, no deja de escuchar los gritos del pueblo haitiano. La situación de pobreza e inseguridad que reina en todas partes muestra claramente que las autoridades de nuestro Estado no pueden conducir el país como debe ser.
Por ello, la Conferencia de Obispos de la Iglesia Católica en Haití pide a las autoridades del país que tomen decisiones importantes para lograr los cambios que el país necesita. Los tiempos son serios. La miseria es demasiada. Las personas necesitan vivir y tienen todo el derecho a vivir con respeto y dignidad.
Mientras agradecemos a quienes capacitan e informan a la población, denunciamos con todas nuestras fuerzas a algunos locutores de radio que citan el nombre de la Iglesia Católica en el nefasto acto del tráfico de armas. Algunos de ellos incluso amenazan con hacer cosas malas en los edificios de nuestras iglesias, en nuestros sacerdotes y monjas, en nuestros colaboradores y en nuestras instituciones. La Iglesia Católica no está en el comercio de armas. Que la acusación haga su trabajo. Dejen de sembrar confusión y confusión en la mente de la población. La difamación y la calumnia son pecados graves. Empañan y matan la imagen y la reputación de las personas.
La misión de la Iglesia Católica en Haití es servir a todas las personas en los cuatro rincones del país, tanto en las ciudades como en las zonas más remotas. Estamos comprometidos no solo en la labor de anunciar la Buena Nueva y evangelizar a las personas, sino también en el campo de la educación, en el campo de la salud, en la promoción de la dignidad y los derechos humanos, en el desarrollo social y en toda clase de buenas obras de caridad, ayudar al pueblo haitiano dejándolos robar su esperanza en medio de la desesperación y la angustia.
Los obispos católicos en Haití quieren que esto quede claro para todos. Lo que está pasando ahora en el país requiere que todos asuman la responsabilidad con palabras coherentes y buenas acciones para ayudar a cambiar la cara del país arruinado. El deseo es que todos caminemos juntos, de la mano, por el camino correcto, correcto, el camino de la luz, la verdad, la justicia y el desarrollo.
Que Dios nos bendiga y salve a Haití, nuestro país. Que nos ayude a trabajar para salir de lo que somos. ¡Que nos ayude la Madre María, Notre-Dame de la Nativité!
Esta nota proviene de la casa donde se reúnen habitualmente los Obispos de la Iglesia Católica, Lilavwa, el 8 de septiembre de 2022, Natividad de la Virgen María.
Monseñor Launay SATURNO
Monseñor Max Leroy MESIDOR
Monseñor Désinord JEAN
Monseñor Pierre André DUMAS
Monseñor Joseph Gontrand DECOSTE, SJ, obispo Jeremiah
Monseñor Yves Marie PEAN, CSC
Cardenal Chily LANGLOIS
Monseñor Marie Erick Glandas TOUSSAINT, obispo Jakmel
Monseñor Quesnel ALPHONSE, SMM., obispo Follibet
Monseñor Charles Peters BARTHELUS, obispo de Pordepe