Lily Montaño Grullón
Al finalizar un año e iniciar otro, una de las constantes es realizar cambios hacia lo externo, vestimentas, apariencia corporal, propiedades, vehículos y todo cuanto haga lucir bonito el exterior o haga sentir más cómodos o satisfechos físicamente. Pero ¿qué pasa con la parte interna: las emociones, situaciones displacenteras, lastres que se van quedando por costumbre o por no afrontar el desafío de dejar atrás? Maritza Arbaje, médico integrativa, especialista en nutrición y bioenergética, ofrece algunas herramientas para nutrirse emocionalmente en este fin de ciclo e inicio de uno nuevo.
¿Qué significa nutrirse emocionalmente?
Cuando se ha habla de alimentar con calidad, nos referimos a lo que queremos que sobresalga, que se sienta de una manera muy especial. Cuando se trata de nutrir el alma, de nutrir nuestra mente, nuestras emociones…, es nos referimos al pensamiento, sentimiento, acción. Es una conexión que frecuentemente no la solemos tener, ¿por qué?, porque estamos buscando afuera, no entendemos que nuestro interior tiene toda la información deseada, sobre todo, para alimentar y darnos aquella palabra que para mí es la más importante: la calma. Cuando estoy en calma tengo creatividad, tengo soluciones más fáciles y espontáneas, sin embargo, continúo pensando y actuando hacia afuera.
Priorizar tus emociones es fundamental
“El mejor terapeuta eres tú mismo, o acaso no sabes tú lo que debes hacer, lo que debes mejorar, lo que debes evitar. La salud mental es fundamental, pero si no la integramos, si yo como adulto no reconozco lo que debo mejorar, ¿qué estoy haciendo con mi entorno? Debemos trabajar ese tema. Si queremos una calidad de vida no hay que hacer grandes inversiones, simplemente es salir de lo automático y detenerse ¿por qué estoy tan congestionado de pensamientos negativos? Heredamos las malas costumbres de hacer acciones que no nos dan resultados, que quizás para nuestros ancestros funcionaban, pero en este momento lo que hay es que, agarrar un poco de ayer, un poco de hoy y hacer un punto medio”, enfatiza Arbaje.
Es momento extremadamente urgente en el plano espiritual que cambiemos de actitud. “El hecho de que nos detenemos una, dos, tres veces, las que sea, pero con calidad, de hacer una respiración profunda, de colocar nuestras manos en el pecho y decir ‘¿qué he hecho con mi vida?’, si estoy aquí es porque lo he construido, nadie me ha obligado. Aprender a decir “en este momento no puedo”.
Respirar profundo y consciente
“Si hay algo que tiene poder en nuestro cuerpo es la respiración, es capaz de armonizar los dos hemisferios cerebrales, no hay que hacer largas horas de meditación, no hay que hacer largas horas del gimnasio, ni matarnos corriendo, simplemente armonizar mente, corazón, para que esas neuronas se pongan en calma, se conecten , se armonicen y empiecen a nutrir nuestro cuerpo físico para que nuestro intestino pueda expulsar las toxinas que hemos captado a nivel de pensamiento y de sentimiento”, resalta la especialista
Un ejercicio que es muy fácil y muy cómodo es cada vez que mencionas el nombre de una persona, de una acción que te molesta, que te hace daño, escríbela, a ver ¿cuántas veces tú la haces hoy?, ¿cuántas veces la vas a hacer mañana?, ¿cuántas veces la hiciste ayer?, ¿te molesta que alguien esté bien?, ¿por qué?, ¿quieres competir? No, compite contigo mismo, ten amor propio, sé feliz tú mismo y deja que el mundo fluya como entiendan los demás. Siempre decimos que cada cabeza es un mundo, pero muchas cabezas hacen una comunidad y dentro de esa comunidad ¿qué estoy aportando?
-Bajemos las fotografías, bajemos las redes sociales
-Aumentemos nuestro estado emocional-espiritual hacia adentro
-Todos los días debemos corregirnos, todos los días una oportunidad para que una página en blanco del día de hoy se llene de todo lo positivo que tenemos
-Para sumar y ganar aprender a amarse, para no necesitar de nada ni de nadie para sentirse en armonía consigo mismo. Así las personas que lleguen a nosotros van a sumarnos
-No esperes nada de nadie, sí, espera de ti mismo. No hay más nada en esta Tierra. “Es momento, es urgente que vayamos hacia nuestro interior, respiremos profundamente, toquemos nuestro ser y vamos a reparar, nutriendo en pensamiento, en emoción, nuestra acción”, finaliza.