Miembros del Ejército de la República Dominicana ingresaron armados en horas de la madrugada a la vivienda de decenas de personas residentes en los bateyes de las provincias Bahoruco e Independencia.
A eso de las 11:00 de la noche, hombres equipados con armas de fuego, largas y cortas, y camiones para traslado de personas, llegaron a Batey 7, provincia Independencia, donde rompieron puertas y techos de viviendas de personas, alguna de las cuales fueron detenidas alegando que tienen estatus migratorio ilegal.
Lo propio hicieron en los bateyes 6, 5, 4, 3, 2 e Isabela de la provincia Bahoruco, donde además de llevarse detenidas a personas dominicanas, con sus documentos de identidad en mano, también se llevaron a una niña.
Testigos de los hechos cuentan que los agentes amenazaron a los residentes, quienes intentaban intervenir en favor de algunos detenidos que tenían documentos de identidad.
Narran, además, que las personas fueron sacadas en ropa interior debido a que estaban durmiendo o acostas y que, para eso, los militares rompieron puertas y ventanas de las casa.
Los militares quienes no tenían sus apellidos en sus uniformes, como regularmente lo portan, razón por la cual se hizo imposible identificar a los actuantes, no estuvieron acompañados de fiscales ni portaban orden judicial para ingresar a las viviendas.
“Se habla de un menor de edad de Batey 3, dos personas de Batey 5 y una de Batey 4 que fueron detenidas pese a tener sus documentos de identidad dominicana pero los agentes alegaron que debido a que la documentación no tiene establecido el tipo de sangra de los titulares, la documentación era ilegal”, comentó un testigo.
Además de esto, de acuerdo con alguno de los detenidos en la Fortaleza de San Juan de la Maguana, les están exigiendo dinero para poderlos en libertad pese a tener su documentación consigo.
Uno de los detenidos, fue puesto en libertad en la misma madrugada tras entregar RD$2,000 que tenía a los agentes actuantes, en tanto que otras personas denunciaron que cuando los militares entraron a sus viviendas se llevaron dinero y celulares.
Testimonios recogidos en las comunidades dan cuenta que las personas fueron encañonadas con las armas largas que portaban los militares actuantes.
