ROMA.- Más de 30.000 personas han muerto en el mar, en su intento de llegar a Europa, desde 2014, mientras que este año ya son al menos 938 las mujeres, niños y hombres que han perdido la vida en el Mediterráneo Central, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
«Hemos documentado más de 30.000 muertes en las rutas marítimas a Europa desde 2014. Esto incluye 1.000 muertes ya este año, y un récord de 938 registrado en el Mediterráneo Central», reveló este miércoles en sus redes sociales el Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM.
La organización destaca además que «es prácticamente seguro que estas cifras son una subestimación del verdadero número de muertos», mientras recuerda que «nadie merece morir cuando va en busca de una vida mejor».
El portavoz de la Oficina de Coordinación para el Mediterráneo de la OIM, Flavio Di Giacomo, resaltó que de los 938 muertos registrados este año, «muchos son víctimas de las frágiles embarcaciones de hierro en las que se ven obligados a viajar los migrantes subsaharianos que salen de Túnez», donde ha aumentado en las últimas semanas la hostilidad contra ellos.
El pasado mes de febrero el presidente tunecino, Kais Said, que se arrogó plenos poderes en julio de 2021 para «preservar la paz social», ordenó a las fuerzas de seguridad tomar medidas urgentes contra las «hordas» de migrantes subsaharianos, a los que acusó de formar parte de un complot para cambiar la identidad «arabo-musulmana» del país.
Desde entonces cientos de migrantes, en su mayoría de Costa de Marfil y Guinea, han solicitado el retorno voluntario a sus respectivos países después de haber perdido sus trabajos -a menudo informales- y, en algunos casos, haber sido expulsados de sus viviendas por los propietarios.
Túnez se ha convertido en un destino de tránsito para miles de migrantes que se embarcan en el Mediterráneo central- la ruta más mortífera- y, junto a Libia, son uno de los principales puntos de partida.