Moisés Mejía
El racquetball dominicano ha dado grandes dividendos en el presente y promete aún más para el futuro.
Con tres medallas de bronce en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, este deporte deja claro que su mayor potencial aún está por descubrirse.
Entre sus figuras destacadas hay mujeres que, además de brillar con la raqueta, han demostrado una admirable preparación académica.
Es sabido que en República Dominicana, la mayoría de los deportistas fuera del béisbol, baloncesto y voleibol, acceden al deporte a través de la milicia. Sin embargo, María Céspedes y Mery Delgado llegaron al racquetball de manera fortuita y han demostrado no solo su talento deportivo, sino también una fuerte vocación profesional.
Cada una ha seguido un camino diferente, combinando el alto rendimiento con estudios universitarios, hasta convertirse en referentes tanto en el racquetball como en sus respectivas áreas de formación.
María Céspedes: del voleibol al racquetball y la enseñanza
El primer amor deportivo de María fue el voleibol, pero debido a su estatura, le recomendaron buscar otro deporte. Así llegó al racquetball, donde encontró una pasión que la ha llevado a ganar múltiples medallas, incluyendo las dos de bronce en San Salvador 2023.
Aunque el deporte la absorbía, nunca dejó de lado la educación. Se graduó en Administración de Empresas y además domina el inglés a la perfección, hasta el punto de impartir clases en el Dominico-Americano a niños de 9 y 10 años de edad.
“En el racquetball se gana muy poco. Un atleta debe tener otras fuentes de ingresos para poder subsistir”, comentó a Listín Diario María , quien ha encontrado en la enseñanza una vocación que complementa su carrera deportiva.
“Me encanta enseñar. Además de que me ayuda a fortalecer mi inglés, disfruto compartir conocimientos con los demás, especialmente con esos niños que me alegran el alma”, agregó.
Más allá de los logros académicos y deportivos, el racquetball también le ha permitido conocer nuevos países y culturas.
“Este deporte me ha abierto puertas, me ha permitido viajar y hacer amistades en distintos lugares. Es una de las cosas que más valoro y que siempre ha sido algo que he querido hacer”, afirmó.
En los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe El Salvador 2023 sus dos preseas de bronce fueron: una en la categoría mixta junto a Ramón de León y otra por equipos femenino junto a Delgado y Alejandra Jiménez.
Mery Delgado: el racquetball como trampolín para el conocimiento
Desde pequeña, Mery tenía claro que quería practicar algún deporte. Su oportunidad llegó a los 11 años, cuando un amigo de su madre le habló del racquetball y la llevó a probarlo.
En un principio, su motivación era obtener una beca universitaria, pero aunque la beca nunca llegó, su determinación la llevó a graduarse en Tecnología de los Alimentos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
“Siempre me ha llamado la atención cómo se procesan los alimentos. Me encanta la ciencia y siempre he sido curiosa por saber cómo un alimento llega a ser apto para el consumo”, explicó Delgado.
Al igual que María, Mery ha viajado a múltiples países representando a República Dominicana en torneos internacionales.
“El racquetball me ha permitido salir, conocer otras culturas y vivir experiencias únicas”, señala Mery, quien a sus 27 años ya ha viajado a Estados Unidos, Canadá, México, Costa Rica, Colombia, Guatemala, entre otros países representando a su tierra.
En los Juegos Centroamericanos y del Caribe El Salvador 2023, también ganó dos medallas de bronce: una en dobles femeninos junto a Alexandra, y otra en equipos, esta vez también con María.
Estas atletas demuestran que el racquetball en República Dominicana no solo es un semillero de talentos deportivos, sino también una plataforma para la formación de mujeres con una preparación integral. Sus historias reflejan disciplina, esfuerzo y pasión, dentro y fuera de la cancha.