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Los trucos que recomienda una neurocientífica para mantener una memoria óptima

Adriana Terán

No son pocas las creencias populares ni los mitos entorno a la preservación de la memoria.

Desde hace mucho tiempo se ha dicho que beber mucha agua mejora la memoria, aunque no hay evidencia científica que lo demuestre; también se les adjudica a ciertos alimentos la magia de optimizar la salud cognitiva e incluso, que escuchar música clásica puede revitalizar y refrescar nuestros recuerdos.

Es seguro que estas tres ideas sí aportan beneficios a nuestro cuerpo y nos generan bienestar, así como hacer actividades y juegos de memoria nos ayudan a mantener nuestra agilidad mental, pero hay otras acciones que también podemos llevar a cabo para cuidar la salud cognitiva.

La neurocientífica Lisa Genova, autora de Recuerde: La ciencia de la memoria y el arte de olvidar, explica en un artículo de su autoría que, en primer lugar, es completamente normal que con la edad -y el transcurrir del tiempo- se vaya haciendo difícil recordar cosas tan cotidianas como la contraseña de una cuenta de correos, o dónde estacionamos nuestro auto. Esto no es, necesariamente, señal de que padecemos alguna condición. Aunque puede ser preocupante, es normal, pero sí destaca que hay algunas estrategias que podemos seguir, desde ahora para mejorar nuestra memoria.

La primera que la especialista, con más de 20 años de experiencia, menciona es visualizar la información que queremos grabar en nuestra memoria. Al crear una imagen mental de lo que deseas recordar, se establecen más conexiones neuronales en el cerebro. Esto fortalece la formación de la memoria y aumenta la probabilidad de recordarla posteriormente. Por ejemplo, para mejorar la retención de algo que estamos escribiendo, podemos usar resaltadores, rotuladores, usar mayúsculas llamativas e incluso hacer dibujos o gráficos sencillos. Así será más fácil evocar la información más adelante.

Podemos hacer lo mismo con otro tipo de información, agregando ideas absurdas o graciosas a lo que necesitamos recordar, un nombre, por ejemplo, o una dirección. Al hacer la asociación de la idea absurda, recordaremos la información más fácilmente.

Cuanto más practicamos y repetimos, mejor se consolidan los recuerdos y optimizamos nuestra memoria. (Getty Creative)
Cuanto más practicamos y repetimos, mejor se consolidan los recuerdos y optimizamos nuestra memoria. (Getty Creative)

Otra recomendación de Genova es llenar de emociones las situaciones que queremos recordar. Por ejemplo, sabemos que es fácil recordar acontecimientos y situaciones emocionantes como un nacimiento, una boda, las humillaciones, los fracasos. Lo que ocurre es que las emociones y la sorpresa estimulan la amígdala cerebral y esta envía al hipocampo la alerta de que hay que recordar lo que está ocurriendo porque es algo importante.

Una tercera estrategia es, por supuesto, la repetición y la práctica. Estas son claves para fortalecer la memoria. Repasar la información y examinar cómo nos impacta es más eficiente para recordarla que simplemente leerla. Como ocurre con el cuerpo y la musculatura, que cuanto más entrenamos más fuertes y hábiles nos hacemos, con la memoria ocurre igual, según explica Genova. Cuanto más practicamos y repetimos, mejor se consolidan los recuerdos.

Por último, no tengamos miedo de apoyarnos en recursos diseñados especialmente para ayudarnos a recordar mejor, como calendarios, stickers, libretas, notas adhesivas. Muchas personas temen usarlos para no tener que depender de ellos para tener presente las cosas que necesita recordar. No solamente nos ayudarán a recordar y fijar la ideas, sino también a explorar nuestra creatividad.

Es esencial comprender que, de cualquier manera, además de estas estrategias hay hábitos de vida que nos ayudarán a cuidar nuestra memoria y nuestra salud mental. En primer lugar, debemos dormir bien, al menos siete horas cada noche, pues es durante el sueño de calidad cuando el celebro trabaja para fijar y consolidar los recuerdos que creamos cada día.

Segundo, y no menos importante, es mantener a raya el estrés pues está demostrado científicamente que hay una asociación entre el estrés y el deterioro cognitivo. Además, siempre es recomendable mantener una alimentación equilibrada y saludable, así como practicar actividad física e intelectual regularmente. Y, finalmente, ante cualquier preocupación que tengamos por nuestra memoria, lo mejor es consultar al especialista.

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