La gastronomía dominicana, influenciada por una mezcla de culturas, la indígena, española y africana, de 1980 a la actualidad, ha tenido importantes cambios producto, básicamente, de la globalización y, con esto, la diversificación de ingredientes, así como la presencia de innúmeros restaurantes…
Es así como la comida típicamente criolla, con productos puramente orgánicos, fue desplazándose por otras mucho más influenciadas, ya no por las culturas principales; sino, por otras que vinieron con la expansión del sector culinario.
Hoy día, la gastronomía, no la meramente dominicana; sino, la oferta gastronómica en sentido general, es ampliamente variada. El país cuenta con un abanico de opciones para complacer todos los paladares, tanto criollos como extranjeros.
En lo relativo a la culinaria, la nación tiene de todo; oferta variedades prácticamente de todas la culturas, no sólo las que dieron su origen; sino, la mexicana, japonesa, china, italiana, coreana, peruana, colombiana, venezolana…
La gastronomía dominicana en los 80
La normalidad de entonces era básicamente los productos tradicionales de la cocina criolla y no existían tantas ofertas en el mercado de productos importados y restaurantes a donde elegir comer.
Las comidas consistían en carnes, arroces, habichuelas, guandules, víveres como el plátanos, guineos, batata, así como vegetales, dentro de ellos, molondrón, berenjena, tayota…
Sin embargo, esta comida tradicional, preparada propiamente en los hogares, varió drásticamente décadas después, incluso en los instrumentos de elaboración, dejando atrás el tradicional pilón o mortero, por utensilios más prácticos y sofisticados e ingredientes más variados.
La gastronomía actual en República Dominicana
Aunque existen opciones diversas para cada comensal, dependiendo de su estilo y cultura gastronómica, hoy día todo apuesta a lo saludable.
El pasado 18 de junio se celebró Día de la Gastronomía Sostenible, y según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), la tendencia es el consumo de alimentos producidos de manera sostenible, productos locales, para así contribuir al desarrollo de la economía y de los productores, ya que en el 2050 habrá que alimentar a más de 9, 000 millones de personas en todo el mundo.