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Los primeros mapas 3D del cáncer abren una nueva era para los tratamientos personalizados

Conocer cómo se origina un cáncer o atinar con el mejor tratamiento para abordarlo está hoy más cerca gracias a la hazaña técnica sin precedentes de un grupo de científicos que ha logrado reconstruir al detalle en tres dimensiones los tumores de 2.000 pacientes a partir de sus biopsias.

El hallazgo, “comparable a cuando se descifró el genoma humano” según el director de Biotecnología del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) Fernando Peláez, abre la esperanza de que, en un futuro, un doctor pueda introducir una muestra de biopsia en un aparato y lograr un mapa tridimensional detallado de un tumor que le permita tomar las mejores decisiones para atacarlo.

De momento, el paso desde la ciencia básica ya está dado y con el relevante número de muestras como para inferir que sus conclusiones son importantes: el nuevo atlas de planos tridimensionales de los tumores y de su entorno está basado en biopsias de 2.000 pacientes con diferentes tipos de cáncer de mama, colorrectal, páncreas, riñón, útero y vías biliares.

Su descripción, recogida este miércoles en 12 artículos científicos en la revista Nature, ha sido realizada por investigadores de la Red del Atlas de Tumores Humanos, un consorcio de investigación financiado por el Instituto Nacional del Cáncer y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Visualiza el papel de cada célula

La última década de investigación oncológica se ha caracterizado por grandes avances en la comprensión de cómo actúan las células que están en el entorno de un tumor sin ser tumorales.

En ese ‘microentorno tumoral’ puede haber desde vasos sanguíneos que den nutrientes u oxígeno al tumor, células del sistema inmunitario que en lugar de atacar al cáncer sean engañadas por él para su beneficio, o células de apoyo; y todos esos agentes suelen evolucionar con el tumor.

Los planos tridimensionales conocidos hoy dan un paso de gigante para conocer bien ese ‘microentorno tumoral’, revelando no solo la función de cada célula, sino dónde se localiza exactamente y cuál es su interacción con el resto de células implicadas en el desarrollo del cáncer, estén más o menos cerca de ellas en el tumor.

“La intuición nos decía que en el desarrollo y evolución de un tumor estaban implicadas las propias células cancerosas, células inmunitarias y células estructurales, ahora ya tenemos una técnica que nos permite comprobar claramente cual es el papel de cada cual”, señala a EFE una de las autoras, Li Ding, investigadora de Oncología de la Universidad Estatal de Washington.

“La visibilidad tridimensional nos permite observar no solo cómo actúa cada célula del microentorno tumoral, sino cómo cambia su comportamiento en respuesta a un tratamiento o cuando el tumor se extiende a otros órganos y produce metástasis”, agrega la doctora Ding.

Mutaciones que actúan conjuntamente

Poder ver el desarrollo tridimensional de un tumor ha permitido constatar, entre otras cosas, que las células cancerosas tienen más actividad en el núcleo del tumor y las inmunitarias en sus bordes, o que un mismo tumor puede contener zonas con mutaciones genéticas distintas que impulsen su crecimiento.

Esto podría suponer que, en algunos casos, se requerirían tratamientos específicos distintos para abordar las mutaciones diferentes que pueda haber en cada zona del cáncer.

El cáncer colorrectal es un ejemplo de ello, según desglosa uno de los artículos, ya que los investigadores han visto cómo pueden surgir células con diferentes mutaciones que actúan colectivamente para crear el tumor, en lugar de hacerlo desde un único clon inicial como se pensaba hasta ahora. 

Resistencia a la inmunoterapia

La visión tridimensional y en detalle de los tumores ha permitido verificar también cómo algunas zonas del tumor presentan una elevada actividad de las células inmunitarias, lo que se conoce como regiones calientes, y otras áreas son más ‘frías’ por la escasa o nula actividad inmune.

Las regiones calientes suelen responder bien a las inmunoterapias, pero las frías no, por lo que ver con tanto detalle dónde están podría indicar dónde y cuando es efectiva o no la inmunoterapia.

Otro de los artículos, centrado en el análisis del cáncer de mama, ha visto cómo cada tipo de tumor de mama se origina a partir de una tipología celular distinta.

En una valoración para EFE, Peláez subraya que las investigaciones afianzan el concepto de heterogeneidad en el cáncer: de que no se trata de una masa igual, sino muy compleja, en la que en cada zona pueden darse mutaciones distintas, y haber áreas con más células inmunológicas y otras con menos.

Cada cáncer es distinto y conocerlo con el grado de detalle que puede ofrecer la técnica tridimensional conocida hoy permitirá, en un futuro, tomar las mejores decisiones para el paciente a través de un tratamiento a medida de cada tumor. EFE

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