Jessica Bonifacio
Para nuestras paredes tenemos múltiples opciones, entre ellas, repisas, espejos, cuadros, cortinas y papeles pintados, éstos últimos, sencillos o de grandes diseños.
Si tu estancia, ya sea el baño, la cocima, la sala, pasillos o dormitorios, tienen accesorios sencillos y delicados, los papeles pintados son una excelente opción.
Este elemento siempre será una apuesta segura cuando no se desee hacer grandes cambios en los espacios; uno de sus grandes beneficios. Además, los puedes elegir según tus gustos.
Al igual que en el ámbito de la moda, algunos elementos son clásicos con los que no fallarás a la hora de decorar tu hogar: las flores, los lunares y las rayas… son promesas de éxito.
Ten en cuenta que los tonos cálidos brindarán más luz a tu hogar, las rayas verticales crearán la ilusión óptica de techos altos.
Una mirada al pasado
En el siglo XVI, los primeros papeles pintados se usaban para decorar el interior de los armarios y en las habitaciones más pequeñas de las casas de los comerciantes, en lugar de las grandes casas de la aristocracia. Pero a principios del siglo XX, se usaba en todas partes, en pasillos, cocinas, baños y dormitorios, así como en salas de recepción, y era popular tanto en los hogares más ricos como en los de personas menos adineradas. Sin embargo, fue esta misma popularidad la que llevó a que el papel pintado fuera considerado el pariente pobre de las artes decorativas. Hoy ya se ha desterrado ese estigma, es un recurso más que aceptado para aportar un toque elevado a cualquier decoración y con cualquier presupuesto.
Cuidado en los espacios muy húmedos como el baño
En los baños, con altas concentraciones de humedad, lo ideal, según los expertos, siempre será utilizar papeles vinílicos, que han avanzado mucho tecnológicamente y son apropiados para estas condiciones especiales.
Para empapelar solo una pared
Si únicamente pones papel pintado en una pared, debes elegir la que tenga una buena visión frontal o que funcione como principal por algún otro elemento: zona de comedor, donde está el sofá, donde se encuentra apoyado el cabecero de la cama… Y cuando se trata de delimitar espacios, podemos colocarlo por ejemplo en la zona del comedor para separarlo visualmente del salón o bien en las paredes del vestidor, para remarcar. En estos casos, algo que funciona a la perfección son los murales, porque crean un efecto evocador que nos traslada a otros paisajes.
