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Santo Domingo

Los cambios

Manuel Hernández Villeta

El presidente Luis Abinader es el jefe de la administración pública. No está obligado a realizar cambios. Cae en sus atribuciones constitucionales dejar a funcionarios en el cargo que ocuparon en los pasados cuatro años.

Hay una costumbre que se debe superar y es no pensar en la continuidad del Estado. Un nuevo gobierno designa su gabinete, pero si hay fichas que no toca, estos ocuparán el empleo por el tiempo que lo permita un nuevo decreto.

Para variar el panorama, el presidente Abinader debe remenear la mata. Lo aceptable es no seguir con los mismos ministros, sino hacer rotaciones, sobre todo en aquellos ministerios que el pueblo identifica como de indiferentes ante los problemas.

A veces los funcionarios se engrandecen en un cargo, no permiten la libre evolución y desarrollo de una economía y asistencia que debe estar presente.

Lo ideal para que el presidente Abinader haga un buen gobierno es rotar a todos los ministros. Si quiere no abandona a nadie, pero al sacudir el árbol retorna la eficiencia de algunas dependencias.

Rotar es una forma de que lo malo de la administración de un ala del gobierno no recaiga sobre los hombros del presidente. Por siempre los ministros tienen que cargar con la difícil tarea de ser los apaga fuego, donde se queda la mal querencia popular, sin que alcance al presidente.

Por demás, que funcionarios se eternicen en el cargo no es malo, si está cumpliendo con su tarea. El ministro que trabaja con eficiencia y deja satisfecho tanto al presidente como a los usuarios no tiene porque irse.

Pero la mayoría de los ministros actúan con prepotencia y exhiben un rasgo de poder, que se les debe recordar en alguna ocasión que fueron nombrados por un decreto, y que se les puede destituir de un plumazo.

En cuanto a la honorabilidad y seriedad, no se ha abierto juicio público contra ningún funcionario. A veces las redes sociales tiran toda su suciedad, pero en el on-line hay ideas dispersas y a la libre oferta,

La desinformación o bolas. Desde la época del doctor Joaquín Balaguer se considera que cuando se habla de uno que llega o se va del gabinete, es parte de una agresiva campaña para dejarlo sin empleo, y que se aleje del círculo presidencial.

Esperamos cambios, son necesarios, pero los mismo dependen de la visión de gobierno del presidente Abinader, jefe absoluto de la administración pública, y quien quita y pone, de acuerdo a la Constitución.

 

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