Humberto Almonte
Analista de Cine
Centralizar una obra audiovisual en la recuperación de las habilidades físicas de una persona comporta una cantidad de riesgos expresivos, pues requiere un esfuerzo actoral de hondo calado. Y si encima acudes al documental, como en Renacer, es casi balancearse en una cuerda floja sobre un precipicio sin paracaídas y sin una red de protección debajo.
El exceso de confianza comúnmente haría que el realizador se apoyara en el facilismo emocional o en la manipulación disfrazada de “buenismo”, lo que arrojaría como producto una película probablemente exitosa, pero fallida en términos estéticos y todavía más importantes, en términos éticos. Lo que no ha sido el caso de este recorrido vital.
Aquí se cuenta a detalle la historia de Patricio López; actualmente es uno de los 10 mejores competidores de América en varios tipos de nados después de quedar discapacitado debido a un intento de atraco.
El documental de 75 minutos de duración, está escrito y dirigido por Tito Rodríguez, es una producción la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos (ACAP) y POP Entertainment. La producción ejecutiva es de Evelyna Rodríguez, la producción de Danilo Reynoso, quien a su vez es el director de POP Entertainment. La figura principal es el nadador paralímpico Patricio López y cuenta con la intervención de entrenadores y familiares de Patricio.
Lo que documenta Renacer es el difícil proceso de entender y entenderse del nadador acudiendo a las profundidades de sí mismo para transformarse en lo que llamamos un caso de éxito, si lo definimos bajo los parámetros del simplismo. Lo que ha pasado es que la voluntad y la disciplina de este ser humano se han dejado aconsejar por la claridad mental y la emocionalidad consciente para superarse a sí mismo.
En vez de caminar, nademos.
El descenso desde la inmovilidad de una cama y una silla de ruedas que se inició con el intento de atraco del que fue víctima este ciudadano, un recordatorio de la violencia cotidiana en nuestra sociedad, hasta ascender a los más altos peldaños del nado paralímpico del continente, no fue un trayecto lineal como nos muestra el documental en su acercamiento a los detalles del caso.
Al acometer los presupuestos estructurales de Renacer, el realizador Tito Rodríguez eligió el riesgoso estilo de la aproximación a las honduras psicológicas de una ´persona en proceso de reconstrucción, manteniéndose en esa vía de la que solo se sale en contadas ocasiones a lo largo del metraje. Rodríguez mantiene un cierto equilibrio, muy consciente de la emocionalidad de la historia que quiere contar.
Patricio tuvo de frente varias transiciones, físicas y de la vida práctica, una multiplicidad de retos que van desde la movilidad hasta las interacciones con su hija, lo que produce enormes cambios en el mundo que lo rodea y en las interioridades, las menos visibles pero las más complejas.
En el momento que coloco su cuerpo en el agua este hombre corajudo da un enorme paso, pero al decidirse a competir, sube un escalón aún mas alto hasta llegar a los podios de la natación, encumbrado como figura de alta competición regional y continental en el deporte paralímpico.
Renacer, en primer lugar documenta las realidades y los procesos acudiendo a un lenguaje cinematográfico exento de florituras o piruetas técnicas y se limita muy conscientemente a registrar los detalles de este caso sin extenderse más allá de él, y ya eso le otorga el mérito no desviarse y de centrarse en lo elemental, en lo que realmente importa.
Visibilidad e inclusión
El directo de la productora POP Entertainment Danilo Reynoso da en una de las claves de este producto audiovisual: « Este documental le da visibilidad a lo que realmente tiene valor; la vida de Patricio inspira, e invita a fomentar la verdadera inclusión, tanto en el sector público como privado».
Renacer, dirigido y escrito por Tito Rodríguez, asume los códigos del documental para acercarse a Patricio López, quien trascendió su condición para ascender a los podios deportivos y convertirse en un ejemplo para las personas con limitaciones físicas. Rodríguez registra la experiencia de López en una obra imbuida de sensibilidad.
