Un estudio de la Universidad de York (Reino Unido) sugiere que los animales de compañía, incluidos perros, gatos, peces y pájaros, no benefician significativamente la salud emocional de las personas con enfermedades mentales graves.
Los resultados, publicados en la revista científica ‘Human-Animal Interactions’, mostraron que la tenencia de un animal no se asociaba significativamente con las puntuaciones de bienestar, depresión, ansiedad o soledad de los propietarios con una serie de enfermedades mentales graves, como trastorno bipolar o psicosis.
Los investigadores, que realizaron un seguimiento de una encuesta anterior llevada a cabo en 2021 dentro de la misma cohorte para evaluar la tenencia de animales y la salud mental durante la COVID-19, afirman que sus hallazgos contrarrestan la opinión generalizada de que los animales son beneficiosos para la salud mental de todos los propietarios.
Los investigadores encuestaron a 170 participantes del Reino Unido. De ellos, 81 tenían al menos un animal y la mayoría percibía un fuerte vínculo humano-animal con su animal de compañía más cercano.
Su objetivo era explorar, en el primer estudio de este tipo, la conexión entre tener un animal y la salud mental en personas con enfermedades mentales graves, y si la percepción de la fuerza del vínculo entre el dueño y el animal estaba relacionada con la salud mental y la especie del animal.
En el estudio de 2021, descubrieron que la tenencia de animales estaba asociada a un deterioro de la salud mental autodeclarado, que podía deberse a las restricciones de la pandemia y a los retos que suponía cuidar de su animal en el encierro.
Los datos actuales se recogieron tras la supresión de las normas de la COVID-19 y, aunque se produjo un aumento marginal de las puntuaciones de bienestar (lo que sugiere que el contexto pandémico puede haber influido en los resultados), no fue posible comparar las puntuaciones de depresión y ansiedad, ya que éstas no se recogieron en el estudio de 2021.
“En ausencia de restricciones de la COVID-19, una posible explicación de nuestros resultados actuales podría ser que la responsabilidad añadida de la tenencia de animales todavía puede exacerbar otros posibles factores de estrés experimentados por las personas que viven con enfermedades mentales graves. Esto incluye el coste de la comida, las facturas veterinarias y la incertidumbre sobre el alojamiento. Nuestros hallazgos también pueden implicar que la tenencia de animales y la fuerza percibida del vínculo humano-animal no son suficientes para beneficiar el bienestar de los participantes, sino que también hay que tener en cuenta el temperamento y las características del animal”, han explicado los investigadores.
Esto también podría explicar por qué los animales de terapia adiestrados, a diferencia de los animales de compañía, suelen mejorar el bienestar de las personas diagnosticadas con enfermedades mentales, ya que normalmente se seleccionan y se les enseña a ser amistosos, obedientes y a tener un rasgo de personalidad relajado.