Luis D. Santamaria
La violencia sigue desangrando a Haití pese a la presencia de la fuerza multinacional de pacificación keniana que lamentablemente no ha servido ni mínimamente para imponer el orden, la seguridad, la paz y tranquilidad a que tienen derecho los haitianos de buen corazón.
Haití sigue bajo el control de las violentas y sanguinarias bandas armadas mientras los agentes kenianos de intervención asistidos por miembros de la policía haitiana se muestran impotentes en su misión de erradicar las bandas armadas e imponer la paz y tranquilidad.
Mientras esto sucede, las familias haitianas son víctimas de la sinrazón de las sangrientas bandas delincuenciales que matan diariamente a decenas de personas que reclaman que se imponga la paz y tranquilidad a que tienen derecho la mayoría de los haitianos..
Hay que tomar decisiones drásticas en contra de los antisociales procediendo a su eliminación física a todo el que forme parte de esas bandas criminales que han impuesto el crimen, el abuso y el desorden en contra de los infelices e indefenso ciudadanos haitianos.
La más reciente acción de violencia en Haití produjo la muerte de 20 personas y al menos 15 resultaron heridas en un ataque de la banda armada Gran Grif en la localidad de Pont Sonde en Haití, informaron fuentes locales.
El número de víctimas podría aumentar tras la incursión que esta madrugada dirigió la banda Gran Grif, con base en la población de Savien (Petite Riviere, Artibonite), y que ha obligado a la población del área afectada a huir en masa y refugiarse en la plaza pública de la ciudad de Saint-Marc.
Los heridos están recibiendo tratamiento en centros sanitarios, en especial en el hospital Saint Nicolas de Saint-Marc, localidad situada a un centenar de kilómetros de Puerto Príncipe.
Bandas controlan casi todo el territorio haitiano
Desde esta este jueves, el grupo armado controla la zona de Pont Sonde, en el departamento haitiano de Artibonite.
Ante esta situación, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública anunció que se han dado las instrucciones correspondientes a la Policía Nacional de Haití a fin de «restablecer el orden y poner fuera de combate a todos aquellos que siembran el terror en el departamento de Artibonite».
«Estos crímenes no quedarán impunes. Los autores y sus cómplices serán perseguidos hasta la última trinchera», según un comunicado de ese ministerio, que reitera su determinación a tomar «todas las medidas necesarias para devolver la paz al país y para que la población pueda dedicarse a sus actividades libremente».
Los ataques siguen campantes y sonante
Este ataque se produce pocos días después de las sanciones anunciadas por Estados Unidos y la ONU contra el líder del Gran Grif, conocido como Luckson Elan.
Haití sufre la violencia extrema de las bandas armadas, lo que ha llevado a miles de personas a abandonar sus hogares para escapar de la inseguridad.
Según el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 700.000 personas -más de la mitad de ellas niños- son actualmente desplazados internos en Haití.
Destino de desplazados es RD
Las últimas cifras muestran un aumento del 22 % de los desplazados internos desde junio, con el consiguiente empeoramiento de la situación humanitaria.
En los últimos siete meses, la violencia de las bandas ha obligado a más de 110.000 personas a abandonar sus hogares, especialmente en Gressier, al oeste de la capital.
La mayoría de los desplazados en Haití, alrededor del 75%, se encuentra actualmente refugiado en provincias del país, y sólo la región del Gran Sur acoge al 45 % de todas estas personas.
En un informe reciente, la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH) indicó que al menos 1.379 personas fueron víctimas de la violencia de las bandas armadas en Haití, entre muertos y heridos, durante el segundo trimestre de 2024, elevando a casi 3.900 las víctimas en el primer semestre del año.En 2023 la violencia también causó, entre muertos y heridos, 8.000 víctimas en Haití, según cifras de la ONU.
Las autoridades haitianas no pueden pretender que República dominicana acoja a los miles de haitianos que huyen de su país por temor a ser asesinados por las incontrolables bandas de delincuentes que se han apoderado de los principales centros urbanos.