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La revolución en la política argentina tras el triunfo del “despertador de leones”

Concepción M. Moreno

Buenos Aires. El incierto -y, sobre todo, inesperado- panorama generado a partir de los resultados de los comicios primarios celebrados en Argentina el pasado domingo sitúa a los partidos tradicionales intentando sanar las heridas por la derrota sufrida y recomponiendo la estrategia electoral para octubre.

Si bien muchos calculaban un escenario de tres tercios, nadie contaba con que el reparto situaría a La Libertad Avanza, partido de Javier Milei, como el más votado, con un 30,04 % de apoyo, por delante del frente opositor Juntos por el Cambio (centroderecha), con 28,27 %, y del oficialista Unión por la Patria (peronismo), con 27,27 %.

¿Por qué nadie vio que esto ocurriría? ¿Los votantes del libertario tienen una ideología de derecha o es el reclamo del descontento? ¿La candidata ganadora por la oposición, Patricia Bullrich, debe moderar su discurso para intentar convencer a quienes apoyaron a su rival, Horacio Rodríguez Larreta, o afianzarse en sus dichos más duros? ¿Al oficialista Sergio Massa le conviene seguir siendo ministro?

Todas estas preguntas están sobre el tapete y las respuestas no son sencillas de encontrar, aunque, como refleja este martes un informe de la consultora LCG, el electorado “parece haber elegido un ajuste, pero uno concentrado en la política”.

“Un voto ‘bronca’ a raíz del descontento con la situación actual habría podido destinarse a otras expresiones. Sin embargo, el electorado parece haber querido expresar un ‘que se vayan todos’ eligiendo a un candidato antipolítica, que suena atractivo para el público”, explica dicho reporte.

“CORDEROS” Y “LEONES”

“No vine a la política a guiar corderos y sino para despertar leones”. Con esta frase, el libertario Milei da la bienvenida a la web de su formación en una clara apuesta por la eliminación de la figura del ‘papá Estado’ y a favor del libre albedrío ciudadano.

El domingo, 7.116.352 argentinos decidieron apoyar su provocativo discurso ‘anticasta’ y ‘antiEstado’, de conexiones directas con líderes ultraderechistas como el estadounidense Donald Trump, el brasileño Jair Bolsonaro, el chileno José Antonio Kast o el español Santiago Abascal.

Entre sus propuestas están la dolarización de la economía, acabar con el Banco Central, reducir a ocho los Ministerios del Ejecutivo -entre los cuales desaparecerían Educación, Salud, Mujer, Ambiente y Desarrollo Social-, liberar la portación de armas y bajar la edad de imputabilidad penal.

Frente a su oposición al aborto, sorprende su apoyo a la legalización de las drogas, el matrimonio homosexual y la elección de género, si bien en todos estos casos deja claro que el Estado no debe asumir costes.

Su discurso, con un tono más calmado después de las primarias, caló en 16 de los 24 distritos electorales, lo que supuso una de las mayores sorpresas, pues muchos analistas habían cuestionado su falta de estructura en el territorio.

Con guiños constantes al expresidente Mauricio Macri -“fue el único que me llamó” y “sería un gran representante de la ‘marca Argentina’ en el exterior”, dijo anoche en televisión-, Milei no siente que deba negociar para el 22 de octubre con sus rivales, ni siquiera con la candidata de la formación del exmandatario.

“Patricia Bullrich es menos que mi segunda marca”, expresa contundente Milei cuando le preguntan por la exministra de Seguridad, quien, dice, le ha copiado muchos puntos de su programa.

ARGENTINA VIRA A LA DERECHA

Los resultados dejan entrever que el Gobierno que asumirá el 10 de diciembre, tras el mandato de Alberto Fernández, estará más a la derecha, pues dos de los contendientes son de esa tendencia y el aspirante oficialista, el ministro de Economía, Sergio Massa, representa a un peronismo de centroderecha.

En medio de la compleja situación socioeconómica del país, con niveles de inflación cercanos al 120 %, una pobreza del 40 % y las metas establecidas por el FMI para afrontar la deuda contraída en 2018, en el lunes poselectoral Argentina hizo una fuerte devaluación de su moneda, lo que desencadenó una escalada del dólar paralelo.

Massa, máximo responsable de la política económica del Ejecutivo, es consciente de que su rol le expone a más críticas pero una salida prematura podría ser vista como un suerte de deslealtad y ‘abandono del barco’.

Consciente de que precisa apoyos para acceder a la segunda vuelta del 19 de noviembre, el domingo tendió su mano a acuerdos más amplios: debe mirar al peronismo disidente, liderado por Juan Schiaretti, quien obtuvo un 3,83 % y será candidato presidencial, y convencer al ala más dura del kirchnerismo.

Tampoco debería olvidarse de los 2,7 millones de votantes del opositor Rodríguez Larreta, muchos de los cuales no se identifican con la ‘mano dura’ de Bullrich o Milei.

Sea como sea, la probable entrada del libertario en una segunda vuelta electoral es, en sí, toda una revolución en la ya convulsa política argentina. EFE

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