Martín Polanco
Con ánimo y optimismo, un grupo de ganaderos dominicanos se está sumando a una nueva forma de producción: la ganadería lechera regenerativa. A pocos meses de comenzar la transición, ya experimentan incrementos en su productividad, reverdecimiento de sus campos y una particular satisfacción por hacer un trabajo más amigable con el planeta.
En este proceso, que ha significado una nueva esperanza para ellos, han contado con el soporte técnico de la firma Nestlé® Dominicana. Los propios técnicos viven ese sentimiento de cooperación y de contribución con el país.
“Como dominicano, me siento muy contento de ver el entusiasmo en los rostros de los compañeros ganaderos. Nos dicen que estamos contribuyendo con el ambiente. Este tipo de cambios de mentalidad hacen que mi trabajo tenga un valor mucho más elevado”, confiesa Juan Crousset, gerente del Servicio Agropecuario de Nestlé® (SAN).
De momento hay 19 fincas piloto que cuentan con soporte técnico especializado de Nestlé® a través de su programa REgeneración. Adicionalmente, han impactado a otras 40 con entrenamiento y proyectos de agricultura regenerativa.
Para el 2025, la compañía tiene la meta de que el 25% del volumen de leche fresca que compre a productores dominicanos provenga de ganadería regenerativa. Para el 2030, el volumen debe subir al 50%. Estos propósitos se inscriben en otros más ambiciosos de Nestlé® a nivel global: reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero. Una reducción del 50% para el 2030, y en 2050, lograr la gran meta de tener cero emisiones netas.
Un cambio de mentalidad
“Cuando hablas con los ganaderos, en sus testimonios, se nota esa preocupación y entusiasmo por estar aportando a la sostenibilidad medioambiental con la siembra y el cuidado de su finca”, explica Leamsy Rodríguez, gerente de Sostenibilidad de Nestlé® Dominicana.
El proyecto se remonta a hace dos años, cuando empezaron con la siembra de árboles. La intención es regenerar las tierras de pastoreo y lograr un descenso de las elevadas temperaturas, que inciden en el estrés calórico de las vacas.
Dentro de tres o cuatro años, los árboles tendrán el suficiente tamaño para arrojar sombra y brisa de mucho provecho. A estas siembras se les hace seguimiento para asegurar su mantenimiento en el tiempo y resembrar cuando sea necesario.
“No se trata simplemente de plantar un árbol y ya; es garantizar que el árbol crezca”, especifica Crousset. De acuerdo con las informaciones ofrecidas, para imprimirle un alcance mayor al programa, se contó con la ayuda de un aliado experto en proyectos forestales, la Fundación Atabey. Adicionalmente, se invitó al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que acompañara en la siembra de una de las fincas.
A esto hay que sumar una herramienta de gran valor, el manual de buenas prácticas en ganadería lechera de Nestlé®. Esta guía técnica fomenta, entre otras implementaciones, el mejoramiento genético. El propósito es la generación de vacas más robustas, mejor adaptadas al clima tropical y con buena productividad lechera.
Aprovechar los desechos
Los especialistas de la empresa -en una conversación en la que se abordó el tema- resaltan que en el campo todo está interrelacionado. Por ello consideran de mucho valor el tema del estiércol, que gracias a REgeneración comienza a ser mejor aprovechado.
“Creo que una de las mejoras principales ha sido el manejo del estiércol. Tenemos ganaderos que están más sensibilizados en aprovecharlo como abono. Hemos estado haciendo análisis de suelo para evaluar los perfiles, luego crearemos planes de fertilización con aliados estratégicos este año”, anuncia Crousset.
En esta materia, ya una de las fincas se anota un gran éxito con la instalación de un biodigestor, el cual aprovecha el estiércol, el agua y otros residuos orgánicos, y los convierte en biogás y biofertilizantes. Este se emplea para la cocina de la finca.
Hay otra finca en camino de esta transformación, mientras que una decena de unidades productivas de menor tamaño están aprovechando el compostaje.
El conjunto de estas iniciativas, en las que también han contado con la cooperación de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), lleva una medición rutinaria para evaluar los progresos.
“Hacemos mediciones con dos herramientas llamadas Cool Farm Tool y Farm Assessment Tool. La primera sirve para medir las emisiones y la segunda para evaluar el progreso en prácticas regenerativas. De esa manera evaluamos la evolución de las fincas pilotos en función de su productividad y otras variables, como son el manejo del rebaño, su alimentación, transporte usado en la finca y fertilizante empleado, etcétera”, explica Rodríguez.
Entretanto, REgeneración sigue identificando y evaluando más proyectos con el firme propósito de hacer más sostenible y amigable con el medio ambiente la producción lechera en los campos de la República Dominicana.