Bruselas/Washington. Los líderes de la OTAN respaldarán un papel más activo de la Alianza en la coordinación de la ayuda internacional y la formación militar para Ucrania, pero sin definir todavía una fecha para el ingreso de ese país en guerra en la organización.
El apoyo a Ucrania será uno de los grandes asuntos que centren la reunión de los líderes aliados del 9 al 11 de julio en la capital estadounidense, en la que se conmemorará además el 75 aniversario del Tratado de Washington, fundacional de la Alianza y basado en la defensa colectiva.
Los países aliados han pactado ya, a través de sus ministros de Defensa en el último encuentro que mantuvieron en Bruselas en junio, que la Alianza asuma un papel de liderazgo en la coordinación de la ayuda militar internacional para Kiev para defenderse de la invasión rusa, así como de las iniciativas de entrenamiento de soldados ucranianos.
La OTAN al frente de la ayuda a Ucrania
Los líderes deberán refrendar este plan de los ministros de Defensa, que consiste en que la OTAN tome la dirección de las instalaciones estadounidenses en Wiesbaden (Alemania) y de nodos logísticos en la parte oriental de la Alianza. Todo ello estará bajo el mando del comandante supremo de la Alianza para Europa (SACEUR), el general estadounidense Christopher G. Cavoli.
Cavoli ya estaba al frente del Grupo de Asistencia a la Seguridad para Ucrania (SAG-U) de Wiesbaden, pero en su función paralela de comandante de Estados Unidos en Europa.
La Alianza supervisará el entrenamiento de las fuerzas armadas ucranianas en las instalaciones de adiestramiento de los países aliados, apoyará a Ucrania mediante la planificación y coordinación de donaciones, gestionará la transferencia y reparación de equipos y prestará apoyo al desarrollo a largo plazo de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en palabras del secretario general aliado, Jens Stoltenberg.
La idea no es sustituir a Estados Unidos al frente del grupo de contacto entre más de 50 países para fomentar las donaciones de ayuda militar a Ucrania, sino más bien encargarse de comprobar la ejecución y organización de esa ayuda.
En todo caso, este paso al frente de la Alianza en la coordinación de la asistencia militar a Ucrania ha sido visto como una manera de asegurar que los aliados permanecerán al lado de Kiev pase lo que pase en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Una victoria del expresidente Donald Trump (2017-2021) podría poner en peligro la ayuda a Ucrania. Por eso, para los aliados, es clave que esa asistencia esté protegida de cualquier vaivén político, especialmente tras la débil actuación de Biden en el debate del 27 de junio, lo que ha generado una crisis dentro del Partido Demócrata con voces que piden que se elija a su sustituto.
Compromiso financiero
En la misma línea de querer dar a Ucrania más previsibilidad a largo plazo, Stoltenberg ha propuesto un compromiso financiero de al menos 40.000 millones de euros al año para ayuda militar a Ucrania, cuestión que los aliados aún no han cerrado antes de la cumbre.
El político noruego ha confesado que la tardanza del Congreso estadounidense en aprobar el último gran paquete de ayuda a Ucrania, por valor de más de 60.000 millones de dólares, es una situación que se debe evitar en el futuro.
Ha hecho hincapié en la necesidad de proporcionar a Ucrania con rapidez defensas antiaéreas y munición.
Un camino “irreversible” hacia la OTAN
En cualquier caso, no se espera que el comunicado final de la cumbre incluya una fecha para la entrada de Ucrania en la OTAN, pero según fuentes diplomáticas se avanzará respecto al lenguaje empleado en la reunión del año pasado en Vilna cuando se reafirmó el compromiso de 2008 para que Ucrania se convierta en un miembro de la Alianza.
Expresamente en el comunicado final de Vilna los países dijeron: “El futuro de Ucrania está en la OTAN”. Esta vez, Washington está presionando para que ese documento describa la candidatura de Ucrania a la organización como “irreversible”, dijeron a EFE fuentes familiarizadas con las conversaciones, que enfatizaron que las negociaciones aún están en curso.
Con esta formulación, la Alianza daría un paso más en su respaldo a Kiev, enviando un mensaje claro de que existe intención de que se una a la organización, aunque solo cuando los 32 aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones.
En cualquier caso, se quiere evitar un escenario como el del año pasado en Vilna, cuando el primer día de la cumbre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recurrió a las redes sociales para calificar la falta de un calendario para la adhesión como “absurda” y, luego, el texto del comunicado final se estuvo negociando hasta el último minuto.
Ahora, el objetivo de los aliados es presentar un frente común y evitar cualquier fisura que pueda ser interpretada como una falta de compromiso con Kiev.EFE