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Santo Domingo

La ONU hace cuentos y quiere RD pague la cuenta

Quiterio Cedeño

La última información divulgada esta semana sobre el drama haitiano, aseguraba que ya las bandas de forajidos que están destruyendo el vecino país ya controlaban más del 90% de Puerto Príncipe la capital del país. También, se informó que habían tomado control de Mirabeles, una ciudad cercana a la frontera en por el lado de Elías Piña.

Cuando leo estas informaciones, pienso en el drama del vecino país y entiendo por qué los haitianos buscan todas las formas posibles para llegar a territorio dominicano. Nosotros debemos vernos en ese espejo. No somos un paraíso democrático, pero mientras los vecinos se desangran viviendo en una sociedad fallida, arropada por la miseria y el desorden, nosotros seguimos construyendo un proyecto democrático, con muchos defectos, pero que marcha.

Después del fracasado intento de lanzar nuestra democracia con las elecciones que ganó el Juan Bosch, vino un golpe de Estado y el intento de restauración de su gobierno con una rebelión apoyada por una parte de las fuerzas armadas. Esto provocó la segunda intervención del ejército de los Estados Unidos.

Pero superamos el trauma con unas elecciones amañadas en 1966 en un país intervenido militarmente, y se entregó el Poder a Joaquín Balaguer, que hizo todas las diabluras posibles para quedarse en la presidencia jugando al arrebata con puño para quedarse con las elecciones de 1970 y 1974. Con las elecciones de 1978, se abrió una pequeña compuerta a la democracia con el triunfo del Partido Revolucionario Dominicano, que supo qué hacer, pero a su pesar avanzamos.

Si contamos a partir de las elecciones del 1966 hemos tenido 15 procesos electorales, y 7 presidentes han ocupado el Palacio Nacional: Balaguer, Guzmán, Jorge Blanco, Fernandez, Mejía, Medina y Abinader. Estamos lejos de la perfección democrática que queremos, pero funciona mejor que en Nicaragua, El Salvador, Honduras, Brasil, Argentina, Ecuador y nada que decir de Venezuela y Cuba.

Nosotros tropezamos pero no caemos. Mientras, Haití se arrastra sin levantarse y es tema de seguimiento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que no hace nada para ayudar, congelado por las diferencias de China, Estados Unidos y Rusia. El “Pronostico Mensual de Abril” del Consejo dice lo siguiente:

“El Consejo celebrará su sesión informativa de 90 días sobre la situación en Haití. La Representante Especial y Jefa de la Oficina Integrada de la ONU en Haití (BINUH), María Isabel Salvador, informará al Consejo sobre los recientes acontecimientos políticos, de seguridad y humanitarios en el país y sobre el último informe del Secretario General sobre la BINUH. Se espera que el informe se presente el 11 de abril.

“Los miembros del Consejo podrían solicitar una reunión adicional para analizar la carta del Secretario General del 24 de febrero que contiene recomendaciones estratégicas sobre el papel de ONU en apoyo de Haití y evaluar las opciones de acción del Consejo para implementar las recomendaciones del Secretario General.

“El mandato de la BINUH expira el 15 de julio y la autorización de la misión de Apoyo Multinacional a la Seguridad (MSS) en Haití termina el 2 de octubre”.

Pobre Haití. Mientras los países que dominan el Consejo hacen cuentos, nosotros pagamos la cuenta.

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