Pedro René Almonte M.
La sabiduría popular en múltiples ocasiones nos brinda respuestas a las tantas preguntas que nos vienen a la mente, luego de que nos embargamos en una confusión tal que pareciera que estamos a un paso de volvernos “locos”, y no es para menos, cualquiera pudiera “perder la cabeza”, cuando observa cómo para los males que se siguen repitiendo, tenemos las mismas soluciones que no resolvieron nada. La frase popular que dice: “La fiebre está en el cuerpo y no en la sábana que lo caliente”, le viene como a anillo al dedo, a la nueva “genialidad” del gobierno para optimizar el gasto público del poder ejecutivo.
En tal sentido, veamos que trae el decreto 105-25: Entre las disposiciones que más se pueden destacar están la prohibición de la compra de vehículos de motor, salvo casos excepcionales con autorización previa, y restricciones en el uso de vehículos oficiales durante fines de semana y días feriados. Asimismo, se limitan los viajes al exterior de funcionarios, permitiendo solo un máximo de dos representantes por institución. También queda prohibido gastar dinero en publicaciones promocionales, fiestas, donaciones. Al mismo tiempo se reduce la asignación de militares en instituciones públicas y los flanqueadores motorizados solo serán para los altos funcionarios del sector seguridad, incluidos por supuesto, el presidente y la vicepresidenta.
El argumento para emitir el decreto 105-25, es el compromiso del gobierno de promover una administración pública eficiente y racional, en beneficio de la ciudadanía. Pero… al mismo tiempo vemos como medidas parecidas se han anunciado en los años 2021, 2022, 2024. El resultado en términos de gasto “racional” en el gobierno, ha sido que en 2020 la nómina pública era de 208,858.8 millones de pesos, lo que significaba un 4.2% del PIB, y para el año 2024 este número fue de 336,016.9 millones, significando un 6.2% del PIB. Debemos añadir las pensiones que se han otorgado de manera totalmente discrecional y sin ningún tipo de criterio, a la vez que se han aumentado las ayudas sociales.
Entonces pues… ¡Buscad la fiebre en el cuerpo, no en la sábana que lo calienta!