José Pérez Méndez
La recién decisión de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica en que se le confiere al expresidente Trump inmunidad total y parcial en hechos ocurridos durante su gestión presidencial del 2017 al 2021, no solo vulnera el estado de derecho y el balance de los tres poderes en USA, sino que crea las condiciones para cercenar la democracia del país más poderoso y rico del mundo.
Si bien es cierto que a nadie se le ocurriría someter a la justicia ordinaria a un presidente en ejercicio en USA por hechos en que se considere que se haya violado la ley, ya que eso solo lo puede hacer el poder legislativo, también es cierto que una vez termina su periodo presidencial puede ser procesado por la justicia de su país.
Durante el ejercicio del poder todos los presidentes en USA se cuidan de no violar la constitución ni las leyes a los fines de evitar un impeachment o ser sujetos de persecución cuando salen de la casa blanca.
Todos sabemos que es bien difícil que pueda tener éxitos una persecución contra un presidente de los Estados Unidos por algo que haya hecho durante su periodo presidencial como parte de su trabajo y su responsabilidad como presidente; pero lo que hizo Trump cuando mandó a sus seguidores a atacar el Capitolio para evitar que se certificara el triunfo de Joe Biden no pueden caer en lo que se denomina como ´actos oficiales´ de un presidente, sino mas bien como ´actos vandálicos´ y abuso del poder de un presidente.
El expresidente Trump no debe reclamar ninguna protección de la ley ni de la Constitución por haber intentado desconocer los resultados de las elecciones de noviembre del 2020, y mucho menos puede la Suprema Corte de Justicia darle ninguna inmunidad para evitar que él tenga que enfrentar las consecuencias de lo que hizo siendo presidente en contra del sistema democrático que le permitió llegar al poder.
Lo que acaba de hacer la Suprema Corte de Justicia revela lo profundo de la crisis del sistema democrático norteamericano y deja abierto el camino para que el actual presidente haga lo que quiera para quedarse en el poder por encima de lo que digan la Constitución y las leyes, pero aun peor es el hecho de que si Trump vuelve al poder estaría autorizado para hacer lo que le dé la gana sin tener ningún tipo de consecuencias en el presente ni en el futuro.
La confrontación en la lucha por el poder en USA ha llegado tan lejos que es difícil, por no decir imposible, que se pueda acertar sobre lo que podría pasar en las elecciones de noviembre de este año y luego de que pasen las mismas.
Parecería que lo que más le conviene a Estados Unidos en estos momentos sería que Trump vuelva al poder porque de lo contrario todo parece indicar que un gran derramamiento de sangre en esa gran nación sería inevitable antes, durante o después de las elecciones de noviembre de este año.
Que Dios meta su mano para salvar la democracia de los Estados Unidos de Norteamérica.
