Pedro René Almonte M.
Según el Latinobarómetro, en los últimos tres años (el periodo de gobierno de Luis Abinader), la República Dominicana ha experimentado una disminución en el apoyo de la democracia, así como un aumento en el autoritarismo y la indiferencia hacia el tipo de régimen. Esto quiere decir que el desencanto con quien gobierna ha llevado a los dominicanos a desear que “vuelva Trujillo”; y así lo reflejan los números: el apoyo a un régimen autoritario entre 2020 a 2023 subió ocho puntos porcentuales, pasando del 13% al 21%. Esto ocurre cuando la desesperanza se apodera de la gente, que ve sus problemas complicarse envés de encontrar soluciones.
En tal sentido, siempre he dicho que la demagogia es la némesis de gobernar bien un país. Las portadas de los diarios y los anuncios pagados no resuelven un solo problema, de hecho a veces multiplica el sentimiento de indignación de la gente, cuando ve que su situación lejos de mejorar, empeora y luego ve en los medios publicar notas de prensa y videos hechos desde el palacio nacional. Pero cuando algún comunicador o periodista hace el trabajo de decir lo que entiende que es la verdad o preguntar en una entrevista lo que considera importante para los dominicanos , entonces puede encontrarse con la pérdida de su empleo . Geraldino González y Alberto Vargas saben muy bien a lo que me refiero. El actual gobierno tiene problemas serios con la libertad de expresión, y esto socava aún más nuestra desguabinada democracia.
De modo que, la libertad de expresión es un principio que apoya la libertad de un individuo o un colectivo de articular sus opiniones e ideas sin temor a represalias, censura o sanción posterior. La libertad de expresión se entiende como fundamental en una democracia. Uno de los defensores más notables del vínculo entre la libertad de expresión y la democracia es Alexander Meiklejohn, quien argumenta que el concepto de democracia es el autogobierno de la gente, y que para que el pueblo pueda ejercerla correctamente debe estar informado con la verdad. Pero quien sentencia este argumento de forma definitiva es Thomas I. Emerson, este dijo que la libertad de expresión ayuda a proporcionar un equilibrio entre la estabilidad y el cambio. La libertad de expresión actúa como una válvula de escape para desahogarse cuando las personas podrían estar dispuestas a la revolución. El propio Emerson sostiene que : “El principio de la discusión abierta es un método para la lograr una comunidad más adaptable y al mismo tiempo más estable, para mantener el equilibrio precario entre la división saludable y el consenso necesario. La oposición cumple una función social vital para compensar o mejorar el proceso normal del deterioro burocrático”.
Mi mensaje señores del gobierno es: “Los dominicanos estamos comprando comida cara, gasolina cara, medicina cara; Los dominicanos estamos siendo víctimas de escasez de energía eléctrica (apagones) y de agua potable; los dominicanos hemos sido testigos de cómo ha empeorado el sistema educativo y el de salud. ¿También tendremos que sumar a todo esto que las voces disidentes serán calladas por las buenas o por las malas? ¿Será que cómo dice Thomas Emerson, la única salida que tendremos es una revolución?