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La colaboración es clave para resolver barreras en salud en Latinoamérica, según expertos

Ciudad de México.– La colaboración entre países y sistemas de salud es fundamental para resolver las barreras en el acceso a la innovación en tratamientos y diagnósticos oportunos para los pacientes en América Latina, consideraron expertos en el Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud que se realizó en Ciudad de México.

“Creo que cada vez más encuentro que todos o muchos somos convencidos de que no hay problema en Latinoamérica en el sector salud que pueda ser resuelto por un solo actor”, señaló Yaneth Giha, directora ejecutiva de la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (FIFARMA).

Giha refirió que los diferentes desafíos que enfrenta la región solo podrán ser afrontados si existe una unión entre sector público, privado, sociedad civil, asociaciones de pacientes, gobiernos y todos los actores involucrados.

En sintonía, Leonardo Semprun, director senior de Políticas Regulatorias Globales de MSD para América Latina, destacó que una de las lecciones que dejó la pandemia de la covid-19 es la importancia de la colaboración en la región.

“La pandemia nos demostró que estamos conectados y somos una unidad”, afirmó.

En tanto, Laura Dachner, directora de Políticas Públicas de MSD Latam y moderadora del panel, destacó que “la colaboración entre diferentes sectores es fundamental para superar las barreras en la innovación en salud y lograr un sistema más eficiente y equitativo, donde los periodistas también juegan un papel crucial al informar con precisión y responsabilidad”.

Sistemas regulatorios son clave

Semprun recordó que los sistemas regulatorios son parte esencial de todos los sistemas de salud, pues cumplen con funciones de supervisión para asegurar la calidad, eficacia y seguridad de las tecnologías sanitarias, fármacos, vacunas, productos sanguíneos y dispositivos médicos.

Esta importancia se evidenció durante la emergencia sanitaria por la covid-19, donde con urgencia se requirió, por ejemplo, la aprobación de las vacunas.

Ante ello, se potenció el Reliance, un concepto promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como mecanismo para que las Autoridades Nacionales de Regulación (ANR) gestionen mejor los problemas de capacidad de recursos y, al mismo tiempo, refuercen los sistemas de regulación.

Según la FIFARMA, el Reliance es el acto por el cual las ANR de una jurisdicción puede tener en cuenta y dar un peso significativo a las evaluaciones realizadas por otra ANR o institución de confianza, o a cualquier otra fuente de información autorizada, para tomar sus propias decisiones.

Estos principios no solo buscan optimizar los recursos y capacidades de las ANR, sino también garantizar la seguridad, eficacia y calidad de los productos médicos.

“Hoy en día (el Reliance) representa una realidad en la región”, apuntó Semprun.

Esta práctica, abundó, ayuda, entre otras cosas, a que las agencias regulatorias trabajen entre sí, que los procesos sean más sencillos, en la evolución de la confianza y en los tiempos de acceso a los medicamentos innovadores.

“Esto impacta positivamente en todo el sistema regulatorio”, mencionó.

Al respecto, Giha presentó los resultados del estudio W.A.I.T. (Waiting to Access Innovative Therapies) Indicator 2023 para Latinoamérica, que analiza los tiempos de disponibilidad y aprobación de 228 tratamientos innovadores desde que son aprobados por las agencias regulatorias de Estados Unidos (FDA) y la Unión Europea (EMA) hasta que están disponibles para los pacientes en ocho países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile,Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú.

El análisis destaca las disparidades en el acceso de los pacientes latinoamericanos a los medicamentos, revelando que el tiempo promedio de espera desde la aprobación de la FDA hasta la disponibilidad efectiva para los pacientes de la región, oscila entre 1,9 y más de 4,5 años.

Actualmente, se estima que un tratamiento innovador contra el cáncer que reciba aprobación regulatoria en Estados Unidos en el mes de febrero de 2024, por ejemplo, podría estar disponible para los pacientes latinoamericanos en el segundo semestre de 2028. EFE

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