Mariángela Velásquez
Las personas que duermen mal son más propensas a tener problemas cardiovasculares, perder la memoria y ser obesas. Y por si fuera poco, un nuevo estudio ha encontrado que dormir fatal también nos hace sentir más solos.
El hallazgo, que fue presentado la primera semana de junio en la reunión anual SLEEP 2024, en la que los principales investigadores de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño intercambiaron sus más recientes descubrimientos.
“Una mejor salud del sueño se asoció con una soledad total, una soledad emocional y una soledad social significativamente menores”, anunciaron los investigadores.
El equipo descubrió que el vínculo entre dormir bien por la noche y sentirse menos solo es más fuerte entre las personas más jóvenes, tras analizar las respuestas de casi 2.300 participantes a preguntas sobre hábitos de sueño y socialización.
En un artículo publicado el mes pasado en la revista Sleep, los investigadores recomendaron “promover la salud del sueño” como una posible “vía sin explotar para apoyar los esfuerzos y programas que apuntan a reducir la soledad”.
El investigador principal del estudio, Joseph Dzierzewski, vicepresidente de investigación y asuntos científicos de la Fundación Nacional del Sueño, dijo que
“la soledad es una crisis urgente de salud pública, y existe una necesidad apremiante de que los médicos la comprendan y la traten mejor”.
“Nuestros resultados resaltan el importante papel que desempeña el sueño en la comprensión de la soledad a lo largo de la vida adulta. Quizás los esfuerzos para mejorar la salud del sueño podrían tener un efecto beneficioso sobre la soledad, especialmente entre los jóvenes”.
Según la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, el sueño es esencial para la salud. La AASM y la Sociedad de Investigación del Sueño recomiendan que los adultos duerman siete horas por noche de forma regular para promover una salud, productividad y estado de alerta óptimos durante el día.
El problema de la soledad
En 2023, un aviso del cirujano general de Estados Unidos advirtió sobre una crisis de salud pública de soledad, aislamiento y falta de conexión. Señaló que incluso antes del inicio de la pandemia de COVID-19, aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses informaron haber experimentado niveles altos de soledad.
Las autoridades sanitarias han explicado que el aislamiento social y la soledad están relacionados, pero no son lo mismo. El aislamiento social es el hecho objetivo de tener pocas relaciones sociales. Puede ser una persona que no tiene o no puede interactuar de manera frecuente con familiares, no pertenece a ninguna asociación o club deportivo, no tiene contacto personal con sus colegas en el trabajo o con los vecinos.
Por otro lado, la soledad es un estado interno subjetivo. Es la experiencia angustiosa que resulta del aislamiento percibido o de una necesidad insatisfecha entre las experiencias reales de un individuo y lo que a esa persona le gustaría que ocurriera.
Para el cirujano general, la soledad es mucho más que un simple sentimiento desagradable porque hace daño a la salud de las personas y la salud de la sociedad. Se asocia con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, enfermedades, demencia, derrames cerebrales, depresión, ansiedad y muerte prematura.
El estudio liderado por Dzierzewski apunta a que las personas que peor pueden tener una mayor percepción subjetiva de soledad, aunque no necesariamente sufran aislamiento social.
Claves para dormir mejor
Si ocasionalmente te cuesta conciliar el sueño, te despiertas a medianoche o te despiertas con la sensación de no haber descansado, es posible que necesites mejorar tu higiene del sueño.
Aquí te ofrecemos algunos consejos para descansar mejor y espantar la soledad.
1. Mantén un horario de sueño regular: Acuéstate y despiértate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular el reloj biológico y mejora la calidad del sueño.
2. Crea un ambiente agradable para dormir: Haz lo posible para que tu habitación sea tranquila, oscura y fresca. Usa cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco si es necesario.
3. Limita la exposición a pantallas antes de dormir: La luz azul de los dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina. Trata de evitar el uso de teléfonos, tabletas y computadoras al menos una hora antes de acostarte.
4. Evita sustancias estimulantes: No consumas cafeína, alcohol o nicotina cerca de la hora de dormir. Estas sustancias pueden dificultar conciliar el sueño o afectar su calidad.
5. Desarrolla una rutina relajante antes de acostarte: Realiza actividades calmantes como leer, tomar un baño con agua tibia o practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda. Esto puede ayudar a tu cuerpo y mente a prepararse para el sueño.