Enilda Torres
Con mucha frecuencia viajo a la ciudad de Santiago de los Caballeros, lo mismo que a Guatapanal, distrito municipal de Valverde, mi campito, ubicado muy próximo a Navarrete, donde se cultiva tabaco y banano, además de la producción de pollos y huevos.
La mejor vía para llegar a Guatapanal es utilizando la autopista Joaquín Balaguer hasta Navarrete para atravesar el área agrícola del paraje Capilla, donde la vista se pierde entre arrozales y otros productos.
Como visitante asidua a estos lugares, me voy a referir a las condiciones de la autopista, la principal vía que conecta a Santiago con las provincias Puerto Plata, Valverde y Montecristi, así como con los demás pueblos de la Línea Noroeste.
Esta autovía se caracteriza por un denso tráfico pesado y liviano. Su construcción se inició en el gobierno de Joaquín Balaguer y se concluyó e inauguró en 1997. De esa fecha acá ha sido objeto de múltiples mejoras y la más reciente se realizó en 2022, por el deterioro que presentaba y la falta de señalización, lo que dificultaba la circulación y la convertía en una carretera muy peligrosa e insegura.
En enero de 2023, el presidente Luis Abinader, junto al ministro de Obras Públicas y autoridades de la provincia Santiago, hizo el corte de cinta que dejó inaugurada la remodelada autovía.
Sin embargo, y pese al remozamiento de la vía, las condiciones actuales, a poco más de dos años de ser intervenida, sigue igual o peor. La carretera luce descuidada, sucia, sin iluminación y con poca visibilidad de señales en ambos carriles, así como en la barandilla que la divide.
Por otro lado, los trabajos de construcción de la Circunvalación para sacar a Navarrete de la vía avanzan con lentitud, mientras las calles de ese municipio están rotas y en muy malas condiciones, lo que provoca largos taponamientos a cualquier hora del día.
Conversando con un comunitario de la zona sobre lo peligroso que resulta transitar por la vía, y luego de pasar por una remodelación, me comentaba sobre la cantidad de granceras y otras empresas de carga que operan en la vía. Posiblemente, estas empresas tengan mucho que ver con la arrabalización de esta.
Las granceras extraen materiales, entran y salen frecuentemente de la vía, y muchas veces derraman contenidos como tierra y piedras, además del monóxido de carbono que emiten los vehículos pesados, como volteos y camiones utilizados para esas labores, tapando los ojos de gato que son los que guían a los conductores con las luces, sobre todo de noche.
El gobierno anunció hace poco la puesta en marcha a partir de 2025 el Plan de Seguridad Vial para reducir los accidentes y muertes en las carreteras. La mayoría de estos accidentes son ocasionados por factores que involucran la parte humana y por las deficiencias que caracterizan a carreteras y calles.
Las actividades de las granceras y empresas de cargas deben ser supervisadas y establecer responsabilidad en el cuidado y aseo por parte de estas.
Lo mismo hay que aplicar con las constructoras de edificios y condominios, cuyos camiones y volteos derraman tierra, piedra y arena en las principales avenidas del casco urbano.
Las vías necesitan mantenimiento continuo y no esperar a que ocurra lo peor para actuar, además de la supervisión que es fundamental, porque de nada vale invertir o gastar el dinero del Estado en remozamientos, si en poco tiempo volvemos a lo mismo.