Santo Domingo.– Ni la distancia, ni las condiciones del terreno, ni los desafíos logísticos han sido impedimentos para que más de 84,000 estudiantes que viven en comunidades apartadas y montañosas del país, reciban los servicios del Programa de Alimentación Escolar (PAE), en su variable rural, que se ejecuta desde el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie).
Se trata de centros educativos de difícil acceso donde llega el servicio, aún cuando los cuales se encuentran en las montañas, así como zonas recónditas, incluida la isla Saona, en las que se requiere de especial atención para proveer el servicio.
“Este es el compromiso del gobierno del presidente Luis Abinader. No importa en dónde estén nuestros estudiantes, hasta allí debemos llegar con la alimentación para asegurarnos de que estén en las aulas recibiendo el pan de la enseñanza”, resaltó el director ejecutivo del Inabie, Víctor Castro.
Distribución
De este total de estudiantes en zonas de difícil acceso, 63,657 forman parte de la Jornada Escolar Extendida y 20,840, de media tanda, según datos de la Dirección de Gestión Alimentaria.
Para asegurar su alimentación, el Inabie ha diseñado estrategias adaptadas a cada realidad: hay centros que reciben raciones cocidas diariamente, mientras que, en las comunidades más aisladas, donde la logística es aún más desafiante, se les provee el servicio entregándoles las raciones crudas, que permiten a los centros educativos gestionar directamente la preparación de los alimentos.
Cabe destacar, además, que hay centros educativos en zonas de muy difícil acceso donde no existen las condiciones para preparar sus alimentos. Por eso, desde el Inabie se ha asumido el compromiso de hacerles entrega de los alimentos cocidos, con el objetivo de cubrir las necesidades nutricionales diarios de cada uno de los estudiantes.
Por lo regular, los centros educativos de estas localidades son de baja matrícula estudiantil y algunos cuentan con multigrado.
Hasta allí llega el Inabie
En la actualidad, los centros de difícil acceso están distribuidos en las regionales educativas de Barahona, San Juan de la Maguana, Azua, San Cristóbal, San Pedro de Macorís, La Vega, San Francisco de Macorís, Santiago, Valverde Mao, Higüey, Monte Cristi, Nagua (María Trinidad Sanchez), Cotuí (Sanchez Ramírez), Monte Plata y Bahoruco.
En estas comunidades, el Inabie desarrolla mecanismos de distribución ajustados a cada realidad, garantizando que la alimentación escolar llegue de manera continua y oportuna, con los estándares de calidad establecidos.
Un compromiso que supera cualquier obstáculo
Llevar la alimentación escolar a cada rincón del país es una labor que exige esfuerzo y dedicación, especialmente en comunidades de difícil acceso.
A pesar de los retos, el compromiso del Inabie a través de los suplidores garantiza que los estudiantes reciban sus raciones diarias con la calidad adecuada.
“Aquí nos llega la alimentación, incluidas las frutas. El suplidor trae alimentos de buena calidad, a pesar de que vivimos en una loma”, explicó Maribel Rosario, directora del Centro Educativo Profesor Santo Rosario Severino, provincia Hermanas Mirabal, específicamente en la comunidad Tres Cruces, situada a 15 kilómetros de distancia de Salcedo, con caminos estrechos y gran cantidad de curvas debido a la geografía montañosa de la zona.
“Iniciamos las labores a las 6:00 a. m. para que los niños coman a tiempo. Hay lugares donde se requiere que vayamos con vehículos específicos porque uno normal no llega, y nosotros estamos comprometidos porque entendemos que esos niños tienen derecho a la alimentación. Nos capacitamos continuamente, primero porque el Inabie nos lo exige y, segundo, porque es un compromiso de nosotros mismos”, detalló Ruth Pérez, suplidora de almuerzo escolar en la misma provincia.
A través de estas acciones la institución garantiza alimentación nutritiva y balanceada para todos los estudiantes del país y evidencia que, sin importar qué tan lejos estén, hasta allí llega Inabie.