José Rafael Sosa
El Día Internacional de la Poesía fue celebrado en Santo Domingo por cientos de personas, la mayor parte mujeres, que protagonizaron el Homenaje a las Creadoras y sus Creaciones en la Plaza de la Cultura, creando un precedente que se aspira a ser desarrollado cada año anunciaron sus organizadoras.
El homenaje inició a las diez de la mañana con un acto marcado por la poesía en sus intervenciones, desde el discurso de la ministra de Cultura, Milagros Germán, hasta el dramático poema por la paz en la guerra en Ucrania, leído por su autora, Soledad Álvarez, Premio Nacional de Literatura 2022. El poema, por su contenido, arrancó intensos aplausos. La poeta, al recibirlos, manifestó su deseo de paz para el mundo y en particular de que termine ese enfrentamiento bélico que cuesta vidas incluso de niños y civiles inocentes.
Germán dijo que la poesía es el más elevado de los géneros literarios y una de las expresiones humanas más excelsas que refleja el sentir y la grandeza de los espíritus más sensibles de los pueblos, entregando piezas literarias que son testimonios de sus emociones, procesos y sueños de personas y comunidades.
El programa del homenaje, creado desde la Dirección General del Libro y la Lectura, incluyó abundante lectura de poética (con textos preferidos y propios), reveladores y dramáticos, testimoniales, dos paneles como eventos de pensamiento crítico, origami, talleres (de pintura de sombrillas y en el cuerpo, de biodanza, de escritura creativa, de origami).
La actividad inició con música y ternura: diez niñas de la Fundación Educativa Fedujazz procedentes de Nigua, tocando violín y violonchelos que hicieron tres piezas, incluyendo Aleluya, original de Leonard Norman Cohén, fue un poeta, novelista y cantautor canadiense.
Fue esa entrada musical un momento de gran emocionalidad artística al ver el desempeño de estas niñas tan humildes con aquellos instrumentos clásicos, con gran desempeño interpretativo.
Álvarez, Premio Nacional de Literatura 20222, leyó su poema contra la guerra de Ucrania, que arrancó una larga oleada de aplausos por la actualidad del tema y la calidad de su aliento poético desgarrador definiendo ese conflicto.
Ángela Hernández, escritora y directora nacional del Libro y la Lectura, agradeció las facilidades del Museo de Historia y Geografía, para desarrollar la actividad, cuyo director, el antropólogo Jose Guerrero, les ofreció las facilidades de su institución para montar el programa.
En el lanzamiento del acto leyeron poemas propios o preferidos fueron la jueza de la Suprema Corte, Justicia Nancy Salcedo Fernández, quien leyó Aquí hace falta una mujer, de Aída Cartagena, y Minerva del Risco, Jennet Tineo, la psicóloga y cantante Olga Lara, Petra Saviñón, Bileysi Reyes, Ana Romero y Joana García, entre otras.
Luego se desarrolló el panel sobre Mujer, Poder y Conocimiento con Ofelia Berrido, Sandra Alvarado y Lusitana Martínez, moderado por Graciela de la Cruz, en que se concluyó las estructuras sociales que han marginado a la mujer durante siglos, haciéndola invisible en los libros de historia. Las expositoras desmontaron una serie de prejuicios conceptuales sobre la mujer.
En la tarde
Se inició la para al aire libre de la jornada en el Paseo de la Lectura (al lado del Museo de Arte Moderno, con venta e intercambio de libros, testimonios de mujeres, talleres de pintura sombrillas conducido por Alejandra Brito ,Origami creando mariposas a cargo de Hanna Esteva
También hubo testimonios de mujeres que han hecho carreras no tradicionales con CE MUJER y de las deportistas inmortales del deporte Teresa Durán y Juana Arrendel, quienes revelaron las presiones familiares y deportivas y mediáticas que operaron contra sus roles en el baloncesto y el atletismo de altura.
Morel dijo que ella nació en Guachupita, un barrio marginado de Santo Domingo, en el cual todavía hoy vive con su familia ayudando a nuevos valores de deporte mediante su fundación con apoyo, desde hace años, del Ministerio de Deportes y que sigue representando el deporte dominicano en eventos nacionales e internacionales.
Arrendel manifestó que tuvo que soportar tres meses de estar a diario en los medios denunciados por un supuesto doping que resultó ser un medicamento para su tiroides y que, de su postración y encierro, decidió salir a establecer récords que acaban de cumplir 20 años sin ser superados.
Al caer la tarde se incrementó la actividad en torno a las exposiciones de artesanía femenina y venta e intercambio de libros y se desarrolló el panel La mujer en la historia con Quisqueya Lora, historiadora, Rosario Espinal, socióloga y Ana Mitila Lora, periodista investigadora. Lora explicó la forma en que los historiadores hombres han hecho invisible el aporte de las mujeres.
Espinal dijo que los avances que se han verificado en la situación de la mujer en el mundo se deben al feminismo, aun cuando ellas, no se asumen como feministas y denunció que en el país se ha reducido en la presencia femenina en los cargos fundamentales de los políticos (citó las alcaldías) a pesar de leyes que han establecido cuotas de paridad de género.
Ana Mitila Lora reveló avances de una investigación en torno a las jóvenes novicias que ingresaron a los conventos de Regina y Santa Clara, que resultaron un “abrebocas” por el impacto de sus informaciones en torno a la situación singular de esas mujeres en la época colonial.
El Colectivo AntiCanon, que congrega a poetas contestarias e impecables en la forma de usar el lenguaje, proclamé su verdad-manifiesto. Son militantes de la poesía y de la vida.
El cierre del Homenaje fue la proyección, en la Cinemateca Dominicana, el documental Carta Malva, Poniatowska y Dominicana, dirigido por Angélica Noboa Pagán, un trabajo audiovisual de enorme belleza visual y cargado de los criterios y testimonios de la famosa escritora azteca, respondiendo preguntas hechas desde RD.
El documental, mediometraje por su extensión, es una pieza audiovisual exquisita por la gestión de su imagen binacional (RD y México), y por tener como centro a esta poeta nonagenaria, qué sentada en un sofá del cual no se mueve jamás, se luce como grácil de palabra, entrañable al instante al recordar comentar la personalidad de los escritores.