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Santo Domingo

Haití: una guerra civil en el horizonte

Omar Nivar

En el lienzo histórico del Caribe, Haití emerge como una pintura desgarradora, una narrativa de esperanza truncada y desafíos inquebrantables.

En medio de su paisaje tropical, la nación ha sido testigo de una guerra civil en horizontal, una lucha multifacética que se extiende por los estratos sociales, políticos y económicos.

Esta lucha, caracterizada por divisiones internas, conflictos políticos y desafíos persistentes, arroja luz sobre la compleja realidad de una nación marcada por la tragedia y la resistencia.

En esta reflexión, facilitamos algunos puntos claves para entender la crisis que atraviesa Haití, más allá de las bandas.

Con esta radiografía, exploraremos las múltiples dimensiones que contribuyen a fortalecer la situación actual haitiana.

Raíces históricas de la discordia

Para comprender la guerra civil en horizontal que ha plagado a Haití es necesario sumergirse en su historia tumultuosa.

Desde su revolución a finales del siglo XVIII, que llevó a la abolición de la esclavitud y la independencia del país, Haití se ha enfrentado a un viaje lleno de altibajos.

Las divisiones raciales, sociales y políticas, arraigadas en la era colonial han persistido a lo largo de los siglos, alimentando tensiones y conflictos internos.

Fracturas sociales y económicas

La sociedad haitiana está marcada por profundas fracturas socioeconómicas. Una pequeña élite controla la mayor parte de la riqueza y el poder, mientras que la gran mayoría de la población vive en la pobreza extrema.

Esta disparidad alimenta la desigualdad y la desconfianza, creando un terreno fértil para la discordia y el descontento.

Conflictos políticos, fragmentación y vacío de poder

A lo largo de su historia, Haití ha sido escenario de conflictos políticos y luchas de poder.

Los líderes políticos han surgido y caído, recordemos el magnicidio al presidente Jovenel Moïse el 7 de julio del 2021; desde ese suceso, se han agudizado más las controversias y disputas por el control del gobierno.

Esta fragmentación y vacío del poder han debilitado las instituciones democráticas, y ha perpetuado la inestabilidad política, creando un ciclo de crisis y conflictos.

Crisis humanitaria y desafíos ambientales

Haití ha enfrentado una serie de desafíos humanitarios, incluidos desastres naturales, crisis de salud y dificultades económicas.

La vulnerabilidad del país a los fenómenos naturales, como terremotos y huracanes, se ve exacerbada por la falta de infraestructura y la pobreza generalizada.

Estos desafíos han contribuido a una crisis humanitaria continua, con millones de haitianos luchando por sobrevivir en condiciones difíciles.

El camino hacia la esperanza

A pesar de los desafíos abrumadores que enfrenta Haití, la nación caribeña tiene como reto el destello de esperanza en medio de la oscuridad.

La resiliencia y la determinación del pueblo haitiano deben ser inspiradoras que alimenten un espíritu de resistencia, solidaridad y reconciliación social.

Soledad existencial frente a la comunidad internacional

La comunidad internacional no ha desempeñado un papel vital en el apoyo a Haití; se limita a ciertas ayudas humanitarias que muchas se pierden en el camino por la inestabilidad y la falta de un plan con medidas rigurosas de control, lo que nos deja una “sensación de parcheo”, ya que no se evidencia un plan a corto o largo plazo que viabilice el restablecimiento de Haití.

La comunidad internacional ha brillado por su ausencia para tratar de prevenir e incentivar que ese Estado pueda tener unas bases distintas, y que no sea únicamente un mecanismo de acción-reacción.

En nuestra investigación final del Máster: Asuntos Internacionales: Economía, Política y Derecho Europeo, evidenciamos el fracaso de los actores principales en encontrar soluciones a los problemas estructurales de pobreza y exclusión del país que subyacen detrás de la actual emergencia humanitaria.

Es por esto que recomendamos y emplazamos a la comunidad internacional a establecerse de manera bien coordinada e integrada en un mecanismo que permita vigilar en qué se invierten los fondos para la estabilización de Haití.

Al mismo tiempo, dentro de sus responsabilidades jurídicas, debe comprometerse a establecer un proceso de estabilidad política, social y económica en Haití.

De igual manera, impulsar la pacificación y desarme de las bandas, y buscar mecanismos que eliminen los actos delincuenciales del país.

Continuar con la promoción de elecciones libres e informadas y, sobre todo, pensando ya en un futuro de la estabilidad política de Haití, fomentando un proceso de fortalecimiento institucional y desarrollo económico.

En conclusión, crear un “campo de refugiados en la República Dominicana” no es la solución de los males estructurales de la parte occidental de la isla que subyace en una guerra civil en horizontal que abarca dimensiones sociales, políticas y económicas.

Para superar esta crisis, se necesita un enfoque integral que aborde las causas subyacentes de la discordia, y promueva la reconciliación social, la justicia y el desarrollo sostenible.

En este camino hacia la esperanza donde el pueblo haitiano va escribiendo su historia, crónica de resistencia y renacimiento en medio de la adversidad.

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