Martín Polanco
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El Distrito Industrial Haina–Nigua, núcleo productivo del Sur y uno de los principales polos industriales de República Dominicana, enfrenta una profunda brecha de capital humano que limita su productividad y competitividad.
El más reciente diagnóstico indica que el 71.32% de su fuerza laboral presenta baja calificación formal, una situación que contrasta con la demanda creciente de talento técnico especializado por parte de las empresas instaladas en la zona.
De acuerdo con los hallazgos, el 58.9% de los ocupados alcanzó como máximo la secundaria general, sin formación técnica; un 11.34% apenas completó la primaria y un 2.10% no concluyó ningún nivel. Solo el 1.28% cuenta con secundaria técnica, lo que evidencia la debilidad estructural del sistema de formación técnico-profesional del territorio. El 23% posee estudios universitarios, aunque muchos de ellos están en situación de sobrecalificación o subempleo, mientras apenas el 1.32% alcanzó el nivel de posgrado y el 2.13% una maestría, limitando la disponibilidad de perfiles altamente especializados.
La consecuencia directa de este panorama es una desconexión entre la oferta educativa y las necesidades del aparato productivo, en un entorno donde las industrias requieren competencias avanzadas en mantenimiento industrial, electricidad, soldadura, mecatrónica, química aplicada y operación de maquinaria especializada.
El estudio sostiene que esta falta de personal calificado restringe la innovación y la productividad, en un territorio que concentra empresas de manufactura, energía, logística, comercio y servicios. El diagnóstico se enmarca en el estudio “Determinación de la Oferta y la Demanda de Formación Técnico-Profesional del Distrito Industrial Haina–Nigua 2025”, elaborado por el consultor Enrique Darwin Caraballo, con la colaboración de Nataly Peña, de Educa; Máximo Caraballo, de la Universidad Europea; y Samuel Caraballo, de la Universidad Teológica del Caribe.
La investigación contó con el respaldo del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) y la Asociación de Industrias y Empresas de Haina y Región Sur (AIEHaina y el Sur).
Según el documento, la situación se agrava por los resultados del sistema educativo. En las pruebas diagnósticas de tercero de primaria de 2023, solo el 15.4% de los estudiantes de Haina alcanzó el nivel mínimo satisfactorio en Lengua Española, frente a un 21.6% a nivel nacional. En Matemática, apenas el 21.8% logró ese nivel, frente a un 23.3% del promedio nacional. En el contexto nacional, las pruebas PISA 2022 reflejan que solo el 8% de los estudiantes alcanzó el nivel 2 o superior en Matemática, mientras el 92% no supera los niveles básicos. En lectura, el 75% se ubica por debajo del nivel 1 y en ciencias el 77% permanece en el nivel más bajo.
Son resultados que confirman deficiencias estructurales en aprendizajes fundamentales, lectura y razonamiento lógico-matemático, que afectan la empleabilidad y la capacidad de adaptación a entornos productivos complejos.
Las funciones…
El estudio plantea que la baja calidad educativa reduce la disponibilidad de personal apto para asumir funciones en sectores industriales que demandan precisión técnica, dominio digital y pensamiento analítico. La investigación subraya que el Distrito Industrial Haina–Nigua (DIHN) —creado el 9 de febrero de 2022 por el MICM bajo el amparo de la Ley 392-07— está conformado por el Parque Itabo, la Zona Franca de Nigua y el Parque de la Zona Industrial de Haina.
Su objetivo es garantizar un ecosistema de facilidades y servicios que propicie el crecimiento y la competitividad de las industrias, además de consolidarse como el distrito de mayor diversificación de productos y servicios exportados de la región. Sin embargo, el informe señala que la estructura productiva enfrenta desajustes entre el nivel educativo de la población y los requerimientos del mercado laboral.
Según la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), hasta enero de 2025 en la zona existen 1,629 contribuyentes registrados. De ese total, el 30.7% corresponde al comercio (602 contribuyentes), el 23% a “otros servicios” (375 contribuyentes) y el 12.26% a manufactura (265 contribuyentes), sector que, pese a su menor número, aporta entre 15% y 18% de las exportaciones nacionales gracias a los parques industriales y zonas francas.
Esa contradicción entre la fortaleza industrial y la escasez de capital humano calificado explica fenómenos como la rotación laboral, la contratación de personal fuera del territorio y la persistencia de vacantes no cubiertas.
Las empresas, según la investigación, demandan competencias técnicas específicas, habilidades digitales funcionales, manejo de inglés básico, capacidades socioemocionales y destrezas en lectura y razonamiento lógico-matemático.
El ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor –Ito– Bisonó, destacó que este estudio: “Marca un antes y un después en la manera en que concebimos la articulación entre formación, industria y desarrollo local”, y subrayó la necesidad de alinear los sistemas de formación técnico-profesional con las dinámicas reales del aparato productivo.
El funcionario recordó que el trabajo se integra al Proyecto Meta 2036, que impulsa la transformación productiva nacional mediante el fortalecimiento del capital humano.









