Roma.- Grupos de religiosos y fieles se acercaron este martes, como cada día desde que el papa Francisco fue ingresado, a rezar por él a las puertas del Hospital Gemelli de Roma, lugar inesperado de peregrinación en el año del Jubileo de la Esperanza por la enfermedad del pontífice.
A lo largo de la jornada se sucedieron las muestras de cariño hacia Francisco, que recibe tratamiento hospitalario por una neumonía bilateral y otras complicaciones, tanto de personas como de grupos organizados que se dieron cita en el centro médico para ofrecer sus oraciones.
Entre ellas se encontraba Paula, una estudiante de Turismo española que se encuentra en Roma con el programa Erasmus y que decidió aprovechar su día libre para ir al Gemelli a rezar por el papa.
“Fui a verle a las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) y también quería verle en algunos actos del Jubileo”, explicó y mencionó con ilusión la posibilidad de vivir el Jubileo de las Cofradías que el próximo 17 de mayo llevará a Roma a algunas hermandades españolas.
Paula llegó a Roma justo una semana antes de la hospitalización del papa: “Fui a la última misa que dio antes de que le ingresaran, sin saber que estaba él”, y reconoce que si la salud del pontífice no mejora, es probable que se acerque otra vez a rezar por él.
Uno de los grupos más numerosos fue la Asociación de Religiosos Vietnamitas, que preparó una oración en un ambiente “espontáneo”, con una gran mayoría de religiosos, pero también algunos laicos que viven en Roma, según explicaron los organizadores a EFE.
También el Movimiento Cristiano de Trabajadores llevó a cabo un acto organizado y desplegó una pancarta frente a la estatua de Juan Pablo II, donde se ha colocado un altar improvisado en honor al papa Francisco.
En la pancarta se leía: “Hoy más que nunca te necesitamos, Francisco”.
Todos compartían el mismo propósito: pedir por la salud del papa, que lucha contra diversas complicaciones de salud tras varios días hospitalizado, inicialmente por una bronquitis con infección polimicrobiana, a la que se sumó una neumonía bilateral.
A pesar de la lluvia, los fieles no dejan de expresar su apoyo al papa, acercándose día tras día a dejar flores secas, velas o simplemente a rezar por su pronta recuperación.
Uno de los objetos más destacados en el altar improvisado son los dibujos de los niños, que el propio papa Francisco mencionó que le habían emocionado especialmente.
Para evitar que se mojaran, muchos niños han decidido colocar cuidadosamente sus creaciones en portafolios para resguardarlas del agua y que perduren en el altar improvisado en honor de Francisco en el Gemelli, convertido en un lugar inesperado de peregrinación en el año del Jubileo de la Esperanza. EFE
