Miguel Ponce
Santiago.-La violación de dos mujeres a en la comunidad de Villa Rosa III del sector Cienfuegos del distrito municipal Santiago Oeste, desató la persecución de comunitarios contra ciudadanos haitianos.
Una turba de aproximadamente 25 personas intentaron hacer justicia por sus manos y obligaron a familias de ciudadanos de la vecina nación, entre estos mujeres y niños.
“Estos casos de agresiones sexuales venían ocurriendo desde la semana pasada. Ante esa situación un batallón de 25 personas de esta barriada decidió tomar acciones”, expresa Rafael Rodríguez Tavarez, dirigente comunitario de Villa Rosa.
Otro de los dirigentes comunitarios reconoce que están expulsando a personas laboriosas y que no tienen nada que ver con el caso. Esta situación ha generado tensión entre los moradores de la zona.
Una de las víctimas narra que fue abusada en presencia de una nieta de cinco años de edad.
“Yo les decía que hicieran lo que ellos quisieran, pero que no tocaran a mi nieta de cinco años. La niña presenció toda esta desgracia”, expresa una de las afectadas.
Aunque algunos residentes de la comunidad Villa Rosa aseguran que fueron individuos de nacionalidad haitiana, una de las víctimas en su versión cree que pudo tratarse de dominicanos de tez oscura.
Los comunitarios le dieron un ultimátum hasta ayer miércoles a los haitianos que viven en el área para que se muden del lugar.
El pastor Pablo Ureña, del Programa Niños con una Esperanza pidió investigar las denuncias de las mujeres abusadas.
A principios del mes de octubre de este año una gran cantidad de ciudadanos haitianos están abandonando voluntariamente comunidades situadas en la parte Oeste de esta provincia, por temor a ser víctimas de represalias tras el horrendo crimen ocurrido en Villa Isabela.
El éxodo comenzó luego que un grupo de dominicanos le prendieron fuego a varias casuchas y barrancones en el paraje Rancho Manuel, luego que un jornalero haitiano matara al hacendado Juan José Soto Corniel, de 71 años, la ingeniera Arelis Maritza Ovalles Ureña, de 63 años y el mayoral Gilberto Basilio Toribio (El Mocho), de 68 años.