Adriana Terán
Todo el que tiene un teléfono celular, un dispositivo electrónico o un televisor cerca de la cama conoce el poder tentador de estos aparatos. En la cama, antes de dormir, relajados y sin prisas, nos sentimos en el momento preciso para ver la serie que tenemos pendiente, esos videos tan graciosos en Instagram en el celular, revisar los grupos de WhatsApp que no tuviste chance de leer durante el día, o incluso jugar algo para agarrar el sueño. ¿Te suena, verdad?
Lamentablemente, porque no hay que negar que distrae, es un muy mal hábito para nuestra salud. La luz de los aparatos electrónicos, literalmente, confunde a nuestro organismo con relación a la hora de descanso.
Es durante las horas de sueño cuando el organismo se regula y se recupera de las actividades diarias. Física y emocionalmente este es el tiempo necesario para colmarse nuevamente de energía y funcionar correctamente, al encender la luz en la madrugada, revisar el celular, enviamos una señal al cerebro que le indica que está amaneciendo, que hay que activarse… aunque aún no esté listo o completamente recuperado.
Para Salomón Jakubowicz, médico investigador en endocrinología, dormir bien es tan importante para evitar subir de peso excesivamente como la alimentación, pero no se trata solo de algunos kilos de más. “Hay muchos estudios que han demostrado la luz artificial durante la noche, o en medio de la madrugada, no solo engorda, sino también aumenta el riesgo de sufrir de diabetes, de depresión, cáncer. En definitiva, tiene un gran impacto en la salud. Es una de las peores cosas que podemos hacer a nuestro organismo. Digamos que todas las células del cuerpo tienen un reloj que determina su funcionamiento, y ese reloj se controla con la luz y los alimentos. Si en la noche no hay oscuridad, todo el cuerpo funciona mal”.
El doctor asegura que cuando miramos la luz azul de la pantalla del celular y el cuerpo cree que está amaneciendo, ocurren cambios hormonales. “La melatonina es lo que controla nuestro reloj interno y responde a la iluminación. Si las luces se apagan, cuando se hace de noche, la melatonina sube y sentimos sueño. Esta hormona induce el sueño profundo, pero además activa la hormona del crecimiento que nos ayuda a quemar grasa”.
Y hay más. De día el celular también puede ocasionarnos algunos problemas con la balanza. Una investigación desarrollada por científicos la Universidad Federal de Lavras (Brasil) y el Centro Médico Universitario de Utrecht demostró que tanto los hombres como mujeres que comían mientras consultaban el teléfono ingirieron un 15% más de calorías, puesto que consultar los dispositivos electrónicos hace que perdamos conexión con lo que estamos comiendo. No estamos plenamente concentrados en que nos estamos alimentando. Es como si el celular nos desconectara de la cantidad y calidad de comida que estamos consumiendo.
Por otra parte, hay que destacar que no solo debemos cuidarnos del celular, sino de la luz artificial en general. El doctor Jakubowicz aconseja evitar encender las luces de los baños y de las habitaciones en medio de la madrugada, porque el organismo realmente considera que está amaneciendo.
Aunque parezca insólito, la hora del día tiene una influencia grandísima en nuestra salud, según explica el doctor. De hecho, destaca que la mayoría de los infartos ocurren a las cinco de la mañana, la mayoría de los ataques de asma ocurren en la noche y a las cuatro de la mañana se alivian. “Hay muchos ejemplos de la importancia de los ritmos circadianos. Hasta las plantas tienen su ritmo diario, todos los animales duermen. Allí queda en evidencia la importancia de sueño sin interrupciones”.
Pasar varias horas a oscuras, durmiendo profundo es indispensable para sobrevivir de manera que el especialista ofrece una recomendación contundente para evitar complicaciones: aumentar la melatonina, y esto se logra recibiendo luz solar durante el día y evitando luces azules a partir de las 7 de la noche.