Manuel Hernández Villeta
La Junta no puede amagar, y luego pedir excusas, con una retirada simple. Hay que controlar las actividades electorales de los partidos políticos, a cualquier costa, sin violar los derechos democráticos.
Hay una campaña a destiempo que se realiza desde hace meses. Siempre el organismo electoral evitó referirse al tema, y permitió que los grupos partidistas se manejaran a su antojo.
Ahora es el momento de hablar claro. No se puede realizar una campaña electoral fuera de la ley y los reglamentos, con actos al aire libre, y que le crean molestias a la ciudadanía.
Si la Junta emitió una resolución sobre la campaña política, no debe dar un paso atrás por presiones de grupos políticos. Todos realizan una campaña a destiempo, aun los que no protestan.
Si la Junta se la tiene que jugar en las cortes, para adelante. Si desde ahora este organismo no se da a respetar, mucho menos va a tener la verticalidad para dirigir el próximo proceso electoral.
La Junta no puede tomar posiciones para beneficiar a unos y perjudicar a otros. En el tema de la campaña, todos los partidos políticos violan el reglamento electoral y tienen que ser llamados al orden.
Ahora bien, las posiciones radicales siempre hay que rechazarlas. La junta puede mantener la esencia de su prohibición de aspectos y normativas de la campaña electoral, pero debe conversar y consensuar con el liderazgo nacional.
El momento es propicio para una cumbre entre los integrantes de la Junta y el liderazgo nacional, donde se trate el tema de la campaña a destiempo, y sobre todo el orden y el respeto en las jornadas que se avecinan.
Si la Junta Central Electoral solo amaga, y carece de la verticalidad necesaria, no va a tener la fuerza que se necesita para dirigir un venidero proceso electoral, que estará al rojo vivo, con las pasiones a punto de explotar, y donde se va a decidir el destino nacional. ¡Ay!, se me acabó la tinta.