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Santo Domingo

El papel crucial de Senegal en la lucha contra la mpox en África occidental

Eduardo S. Molano

Dakar.- En su despacho del Centro Hospitalario Universitario de Fann, en Dakar, el doctor Boly Diop se limpia las gafas ante su ordenador portátil: ninguna mancha debe distorsionar la información ante los ojos del principal responsable en Senegal de las medidas contra la mpox, que ya ha golpeado a países vecinos.

“A pesar de no haberse registrado ningún caso en nuestro país, estamos preparando. Por ello hemos extremado la vigilancia en los distritos fronterizos, así como en los aeropuertos y puestos marítimos”, dice a EFE el experto, que lidera el seguimiento de esta enfermedad antes conocida como viruela del mono en el Ministerio de Sanidad y Acción Social de Senegal.

Además de las medidas desplegadas en su territorio, este país actúa como punto de referencia y apoyo a nivel regional.

El actual brote de mpox, que tiene su foco en la República Democrática del Congo (RDC), acumula hasta ahora 29.152 casos de mpox (6.105 confirmados) y 738 muertes en África, según los últimos datos de la agencia de salud pública de la Unión Africana.

Además de la RDC, otros catorce países se han visto afectados en el continente, incluyendo Guinea-Conakri y Costa de Marfil, vecinas de Senegal en la región; y Burundi, la República Centroafricana, la República del Congo, Nigeria, Camerún, Sudáfrica, Liberia, Ruanda, Uganda, Kenia, Gabón y Marruecos.

Junto con la vigilancia fronteriza, Senegal ha reforzado sus sistemas de alerta sanitaria durante festividades religiosas recientes, como el Magal, que congregó los pasados 22 y 23 de agosto a millones de peregrinos en la ciudad de Touba, en el interior del país.

También desplegaron esas medidas en la fiesta del Mawlid, cuando se conmemora el nacimiento del profeta Mahoma, que provocó numerosos desplazamientos de personas durante los días 14 y 15 de septiembre hacia las ciudades de Kaolack (centro-oeste) y Tivaouane (oeste).

“En actos de gran convocatoria religiosa, extremamos la vigilancia”, señala Diop, al destacar que la mayor parte de la sesentena de casos sospechosos de mpox registrados en Senegal, que fueron descartados finalmente, provenían precisamente de Touba.

Estas medidas incluyen, por ejemplo, la formación del personal médico para que sepan identificar los síntomas de la enfermedad o la difusión de folletos para informar a la población.

Coordinación regional

En esta coordinación de esfuerzos frente a la mpox resulta fundamental para toda la región el papel del Instituto Pasteur de Dakar, laboratorio de referencia en el país, que ya participó en la respuesta nacional frente a la pandemia de la covid-19 impulsando la producción local de vacunas.0

Recientemente, el Instituto organizó un taller con la participación de expertos en salud de los países miembros de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao), así como de Ruanda y Mauritania.

Estas jornadas tuvieron como objetivo dotar a los participantes de herramientas para “diagnosticar y detectar precozmente” la enfermedad, así como “poder tratarla”, controlarla y “evitar su propagación”.

“Todos los casos sospechosos se analizan aquí”, señala a EFE Abdourahmane Sow, director de salud pública del centro, que hace poco envió un equipo a Costa de Marfil para colaborar con las autoridades sanitarias locales en la lucha contra el brote, que ha causado ya más de 43 casos confirmados y un fallecido en ese país.

“Además de nuestra función como laboratorio, llevamos a cabo vigilancia epidemiológica, con actividades de formación que abarcan desde la detección hasta la toma de muestras”, añade.

Su trabajo, detalla Sow, se desarrolla en tres niveles: nacional, regional y en actividades especiales, como las festividades de Touba o Kaolack y Tivaouane.

A pesar de la extrema vigilancia, Senegal sigue enfrentándose a algunos obstáculos para atajar la propagación del virus.

“En Senegal no contamos con ninguna vacuna”, recuerda el doctor Diop, quien destaca el complejo proceso burocrático requerido para aprobar el uso de emergencia de esos fármacos por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que dependen los países del sur global para verificar que sean seguros y funcionen.

A comienzos de mes, la OMS aprobó finalmente una de las dos vacunas disponibles contra la mpox, la producida por la farmacéutica danesa Bavarian Nordic.

De momento, sin embargo, las dosis sólo han llegado a tres naciones de África -la RDC, Nigeria y Ruanda-, gracias a donaciones de países como Estados Unidos o la Unión Europea.

A la espera de que lleguen las vacunas a Dakar, el doctor Diop mantiene la vista fijada en la pantalla, mientras sigue limpiándose las gafas. EFE

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