Roma.- El papa Francisco aseguró este jueves que el genocidio cultural “no se produce solo con la destrucción del patrimonio”, sino que también lo es “cuando se roba el futuro a los niños” y no se les proporcionan “las condiciones para convertirse en lo que podrían ser”.
“Pensemos en el futuro de la Humanidad” cuando “vemos en tantos lugares a niños que van a buscar cosas a la basura para venderlas y así poder comer”, dijo al recibir en audiencia a los participantes de la primera asamblea plenaria del Dicasterio para la Cultura y la Educación.
El pontífice recordó que “hoy el mundo tiene el mayor número de estudiantes en la historia”, pero aún existen grandes desigualdades y “unos 250 millones de niños y adolescentes no asisten a la escuela”.
“Somos custodios de un patrimonio cultural y educativo más grande que nosotros mismos” y “el mundo no necesita más repetidores sonámbulos de lo que ya existen, necesita nuevos coreógrafos, nuevos intérpretes de los recursos que el ser humano lleva consigo, de nuevos poetas sociales”, dijo.
Más que “meras ‘fábricas de resultados'” lo que es necesario es “un proyecto cultural que permita la formación de personas capaces de ayudar al mundo a cambiar de página, erradicar la desigualdad, la pobreza endémica y la exclusión”.
“Las patologías del mundo actual no son una fatalidad que debamos aceptar pasivamente, y menos aún cómodamente”, añadió el papa, que consideró que los centros educativos “deberían enseñar a desear, a estar sedientos, a tener sueños” y a los docentes les dio un consejo:”¡Sed abundantes!.”
Además, es necesario “sustraer al ser humano de la sombra del nihilismo, que es plaga más peligrosa de la cultura actual”, dijo sobre la teoría filosófica que niega todo principio religioso, político y social “porque pretende cancelar la esperanza”.
Jorge Bergoglio también puso el foco en las nuevas tecnologías, “un ámbito particularmente relevante que determina el cambio de época”.
“No podemos ignorar hoy el advenimiento de la transición digital y la inteligencia artificial, con todas sus consecuencias”, aunque “los complejos cambios culturales suelen ser los más creativos y fructíferos para el desarrollo del pensamiento humano”, concluyó. EFE