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Santo Domingo

El país de los problemas imposibles de resolver

Manuel Tejada Gómez

La República Dominicana tiene una serie de problemas pendientes de solucionar que le impiden avanzar hacia el desarrollo y al bienestar de la mayoría de ciudadanos de a pie, los Gua Gua Gua o “la gleba”, como decía Leo Hernández, la Pipigua, que son los que más requieren de una pronta solución a estos males que, por su naturaleza, y por la prioridad que le dan las autoridades a estos, nos motivan a ser pesimista frente a una posible solución.

Cada 4 años recibimos como un bálsamo de dopamina de parte de los candidatos principalmente presidenciales que gritan por los cuatro vientos tener la más eficaz y veloz solución a las principales necesidades que por décadas nos han acompañado, a sabiendas que no es cierto, que no cumplirán sus promesas; en algunos casos aunque quieran, se les hace imposible ya sea por intereses locales o foráneos que de alguna manera ejercen influencia para que persista el mal, que en ocasiones, les resulta rentable económicamente a quienes bloquean la solución.

“Nosotros vamos a disminuir en un 50% la criminalidad, es más, Giuliani me dijo que en un año estaba resuelto el tema de la inseguridad y yo le dije que no, que iba a decir en dos años” Esta fueron las palabras del actual presidente Luis Abinader, en su campaña del 2020, antes de llegar al poder, los resultados todos los conocemos.

El tema de la haitianización; eso, nosotros con la Dirección de Migración usted puede estar seguro que aquí no va aparecer un inmigrante irregular en la República Dominicana; lo vamos a eliminar en el primer año” También, palabras del entonces candidato presidencial y que hoy nos gobierna. Sin cumplir su promesa como en otros casos.

Todos los presidentes que hemos tenido en los últimos 50 años han hecho las mismas promesas para luego terminar con el mismo incumplimiento, pareciera que van a la misma escuela con igual profesor y aprenden lo mismo; los que no aprendemos somos los que votamos en cada elección presidencial.

Los principales problemas que eternamente acompañan al dominicano, que a nuestros gobernantes le ha sido imposible resolver son:

Electricidad

Aunque pocos sectores tienen un servicio eficiente las 24 horas del día, la mayoría de dominicanos tienen apagones diarios y con precios injustos en sus facturas.

Agua potable

Aunque se dice que “el agua es vida” y que la ONU la declaró como un derecho humano fundamental, a muy pocos dominicanos se le reconoce este derecho. En Hispanoamérica hay países como, por ejemplo: Colombia, que tiene agua y luz todos los días del año, aquí es imposible.

El tránsito vehicular

A pesar de los túneles, elevados y el metro, seguimos con monumentales congestionamientos en todas las vías de las principales ciudades del país, siendo peor en la capital.

Recogida de basura

Muy pocas ciudades del país tienen un eficaz manejo, reciclaje y disposición de los desechos sólidos, que su destino final sea acorde a normas ambientales; la capital dominicana y otras ciudades son una vergüenza en ese sentido.

Microtráfico de estupefacientes

Los barrios de la capital, sin excepción, están llenos de jóvenes con edades por debajo de los 10 años perdido en consumo de drogas narcóticas a pesar que tenemos varias instituciones para contrarrestar ese mal no es suficiente, pareciera que las autoridades son parte del negocio. (aquí hay mucha tela por donde cortar).
Inseguridad ciudadana

Esta va de la mano con el punto anterior, con el agravante que las autoridades llamada a detenerla, en muchos casos son parte o cómplices en la comisión del delito principalmente el robo o asalto callejero que ya no es exclusivo en sectores populosos, sino que, también en los barrios clase alta. “Aquí está el ladrón ñango” como dice Manolo Ozuna.

Migración

El siguiente y último que voy a citar debió ser el primero, lo constituye la migración ilegal de ciudadanos haitianos y de otras nacionalidades, aunque es la del vecino país que tanto dolor de cabeza nos está dando, que se ha incrementado en las últimas décadas, convirtiéndose en un problema de seguridad nacional y de convivencia ciudadana, tomando en consideración el crecimiento de las bandas criminales en Haití, que podrían pasar su accionar al nuestro. Los haitianos tienen otros agravantes adicionales a la de convertirse en un ciudadano irregular: las parturientas que consumen más del 30% del presupuesto hospitalarios, los puestos de trabajos en la construcción, sector agrícola, hotelería, irrespeto del derecho de propiedad privada y las prácticas culturales esotéricas.

Hay otras nacionalidades muy numerosas como la china, colombiana y venezolana que hay que observarlas porque algunos ciudadanos también traen consigo prácticas delincuenciales que tienden a ser muy peligrosas para la paz y tranquilidad aún nos queda.

Todos los que nos han gobernado en los últimos 50 años tiene en común las promesa incumplidas de solucionar estos males aunque debo destacar que, uno más que otro, ha realizado algún proyecto haciendo más llevadero el tema, por ejemplo: la construcción de varias presas para la generación eléctrica y manejo de agua potable por parte de Joaquín Balaguer; los elevados, túneles y la primera línea del metro construidos por Leonel Fernández; la construcción de la termoeléctrica Punta Catalina, en el gobierno de Danilo Medina, que puso el país en el camino de una solución al problema eléctrico. Esperamos que se termine la línea del metro que va a los Alcarrizo y que se pueda usar después del rumor de fallas en la ejecución de la obra, El kilómetro 9 y la avenida Las Caoba con autopista 6 de Noviembre; también, como agradecimiento se está ejecutando una obra vial en la plaza de la bandera, por parte de este gobierno.

En campaña todos los líderes políticos tienen una varita mágica para resolver todos esos problemas arriba citados, pero es tanta la inseguridad que el día de la toma de posesión se la roban antes de salir del congreso. El que lo entendió lo entendió…

 

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