Humberto Almonte
Analista de Cine
Todas las sociedades se desenvuelven en dos planos, el real y el que simula ser, y por lo visto, la República Dominicana no está exenta de esa práctica, es más, tal enmascaramiento contribuye a esa imagen feliz y despreocupada que pretendemos transmitir, algo que viene a contradecir la película El – Métödo.
Este producto cinematográfico es una adaptación de la obra escrita por el dramaturgo y guionista catalán Jordi Galceran El método Grönholm (El mètode Grönholm) basado en esta técnica de selección de personal. Anteriormente el realizador argentino Marcelo Piñeyro ya la había trasladado al cine en su versión del 2005 merecedora de varios premios Goya.
La historia se centra en un grupo de profesionales que acuden a una entrevista de trabajo para una posición muy lucrativa dentro de una de las empresas multinacionales más grandes del mundo. Al llegar, se sorprenden de que no haya tal entrevistador, sino que se serán sometidos a una dinámica muy particular. Lo que comienza como un proceso civilizado y profesional, termina sacando la parte más oscura y animal de cada uno.
La dirección corre a cargo de David Maler, el guion es de Maler y de Andrés Curbelo. El elenco está compuesto por Nashla Bogaert, Héctor Aníbal, Georgina Duluc, Pepe Sierra, Yasser Michelén, Dahiana Castro, Roger Wasserman, y su duración es de 94 minutos.
Apostar por un texto teatral y proponer una nueva versión para las pantallas siempre entraña riesgos mayores que apostar por una conceptualización que venga desde cero, aunque no es un axioma inamovible, pues cada mirada es original y nueva a pesar de la opinión y los deseos de los espíritus conservadores.
Empresas multinacionales, recursos humanos y verdades ocultas
La esencia del método Grönholm es la selección del mejor y más dotado aspirante a un puesto de una empresa, mediante técnicas grupales influenciadas por los juegos de roles. Nada que la naturaleza no practique, como lo descubrió Charles Darwin en “El origen de las especies”, así que los responsables de recursos humanos y las empresas no han inventado nada nuevo.
Lo interesante es el aplatanamiento o adecuación a las particularidades dominicanas que incorpora el guion de Maler y Curbelo, sumergiéndose en las profundidades de cada quien y como cada uno de ellos se comporta adoptando las ideas, identidades culturales o los comportamientos de nuestra sociedad para desde allí estructurarse como individuo.
El resultado es una puesta en escena que deconstruye progresivamente esa mascara individual y social detrás de la cual se parapetan el individuo honorable, la ejecutiva eficaz e implacable, el creativo publicitario, el abogado impoluto y racional o la aspirante aparentemente débil, un proceso desde donde saldrá, sobrepasando exitosamente los juegos de roles la persona más apta para ocupar el puesto en la empresa.
Maler conduce eficazmente la película apegado a un ritmo sostenido y sin pausa, a excepción de una cierta desaceleración en el ultimo trozo, que atrapa a los espectadores, quienes pueden verse en el espejo de cada imagen real o fingida de sí mismo y dependerá de ese espectador si acepta o no sincerarse consigo mismo a imagen y semejanza de los personajes Juanma, Esther, Lulú, Carlos o Enrique. En ese sentido algunas personas de la audiencia sentirán las lógicas incomodidades interiores.
Ahora, visto lo visto, el ambiente laboral dominicano carece de la sofisticación del método Grönholm, pues si bien una buena cantidad de empresas, públicas y privadas tienen unos métodos de selección de personal con parámetros técnicos adecuados, no creemos que en general el resto de empresas se tome muchas molestias al momento de incorporar nuevos empleados.
Integrar un elenco del nivel de El – Métödo no es un lugar común en el cine dominicano, su desempeño está por encima de los grupos actorales que intervienen en nuestras películas, pues desde un Yasser Michelén hasta un Pepe Sierra, este colectivo desempeña sus personajes adecuadamente, pero llama la atención la frescura y el desparpajo de Dahiana Castro en el papel de Maripily, toda una agradable sorpresa interpretativa.
Y… el ganador se lo lleva todo
La dirección de arte, el diseño de producción, el montaje o la fotografía hacen de esta obra audiovisual una experiencia estética muy disfrutable y efectiva convirtiéndose en un empaque que llena los ojos y los sentidos de quienes asisten a interactuar con esta propuesta.
El – Métödo de David Maler adapta el texto de Jordi Galceran impregnándolo de las especificidades sociales y laborales dominicanas para desenmascarar las individualidades de una sociedad que peca de simuladora. Maler nos obliga como espectadores a evaluar el mercado laboral local, tanto desde el punto de vista del empleado como del empleador.