Idalia Cabrera
Mientras el país demanda eficiencia, cobertura nacional y cumplimiento normativo, las estaciones de servicio y empresas distribuidoras enfrentan una realidad crítica: el margen actual no cubre los costos reales de operar. Si esta situación no se corrige, el servicio al consumidor final está en riesgo de colapso progresivo.
Desde al menos 2016, asociaciones del sector como Asociación Nacional de Detallistas de Gasolina (Anadegas), Sociedad de Empresas de Combustibles y Derivados (SEC), Asociación de Dominicana de Empresas de la Industria del Combustible (ADEIC) y Asociación de Empresas Distribuidores de Combustible a Domicilio (Adecom), Asociación Dominicana de Distribuidores de Combustibles y Derivados (Adodicode), Asociación Nacional de Importadores, Distribuidores y Transportistas de Gas Licuado de Petróleo (A-GAS), ANG, Asociación de distribuidores de Gas Propano y otras más han solicitado al Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) una revisión técnica del esquema de márgenes de ganancia, conforme a lo que establece la Ley 112-00 y su reglamento.
El reclamo no es antojadizo: durante varios años, se han sostenido múltiples encuentros con autoridades y se han presentado informes técnicos que detallan la creciente brecha entre el margen regulado y los costos reales. Sin embargo, la fórmula oficial no ha sido ajustada con base en la realidad económica actual.
Mientras las estaciones formales luchan por sobrevivir, otros actores reciben trato preferencial. El subsidio estatal al gasoil/diesel para transporte público, a través de concesiones a sindicatos, no solo excluye a las estaciones de gasolina y gasoil, sino que ha creado competencia desleal: flotillas sindicales reciben combustible con descuento, que luego venden hasta RD$30 por galón más barato.
¿Por qué importa el margen?
El margen es el ingreso bruto por galón del que dependen todos los gastos de operación:
- Mantenimiento y piezas de flotillas (camiones cisterna)
- Seguros de alto riesgo para transporte y estaciones
- Salarios, seguridad social y beneficios del personal
- Electricidad, vigilancia, comisiones bancarias y más
Con un margen congelado por años, y costos que se han incrementado entre un 30% y un 65% según el rubro, los ingresos netos se han erosionado peligrosamente. Hoy, el margen real operativo debería rondar los RD$35 a RD$37 por galón para cubrir los compromisos mínimos, según cálculos del propio sector.
Respaldo técnico internacional
A todo lo anterior se suma un dato fundamental: el propio Ministerio de Industria, Comercio contrató a la firma consultora británica Channoil Consulting, especializada en el sector energético, para realizar un diagnóstico técnico del sistema de márgenes en República Dominicana.
El informe, en manos del MICM y de conocimiento confirmable por los medios, recomienda un ajuste de al menos RD$8 por galón en los márgenes de comercialización para garantizar la sostenibilidad del sector. Este respaldo técnico internacional ratifica muchos de los hallazgos y preocupaciones que el propio sector ha venido expresando públicamente desde hace años.
Desventajas adicionales que afectan al sector
Además del desajuste en los márgenes de comercialización, existen varios frentes abiertos que complican aún más la operatividad de las estaciones de servicio y empresas distribuidoras de combustibles en el país.
Desechos sólidos: La gestión inadecuada de desechos en las estaciones sigue siendo un problema crítico, con normas y políticas insuficientes.
Competencia de los sindicatos: Los subsidios al gasoil para transporte público gestionados por sindicatos crean una competencia desleal, lo que afecta la estabilidad financiera de las estaciones formales.
Aumentos de salarios: Aunque los incrementos salariales son necesarios, estos suman presión a los costos operativos del sector.
Facturación electrónica: El 80% de las estaciones aún no ha iniciado el proceso de facturación electrónica, lo que afecta la transparencia y la eficiencia en la recolección de impuestos.
Cobros por inspección de estructuras: Algunos ayuntamientos están intentando imponer cobros adicionales por la inspección de las infraestructuras de las estaciones de servicio.
Registros de operación: Los registros de operación, destinados originalmente para obtener estadísticas, ahora implican un cobro adicional que no estaba contemplado.
Competencia desleal: Algunas estaciones de servicio están vendiendo el galón hasta RD$15 y RD$17 por debajo del precio promedio, lo que agrava aún más la situación financiera de las estaciones formales.
Límite de 30 años para vehículos en el transporte de combustibles: El Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) ha establecido un límite de 30 años para la vida útil de los vehículos utilizados en el transporte de combustibles. Esta medida ha generado una reflexión dentro del sector, que considera que la antigüedad de los vehículos no debería ser el único criterio para determinar su vida útil.
La preocupación radica en que vehículos que han recibido el mantenimiento adecuado y se encuentran en buen estado técnico, siguen operando de manera eficiente, lo que podría generar pérdidas millonarias para las empresas del sector si se implementa de manera estricta este límite de 30 años. Además, esta medida podría generar un impacto negativo en el empleo y en la rentabilidad de las empresas que dependen de estos vehículos para su operatividad.
Incongruencias normativas sobre la vida útil de los vehículos: Aunque la Ley 63-17 sobre Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial no establece una caducidad específica para los vehículos de transporte de combustibles, el Decreto 307-22 impone un límite de 30 años de antigüedad para remolques, cabezotes y camiones cisterna. Esta medida ha sido cuestionada por el sector, que considera que no se ha presentado un análisis técnico adecuado que la justifique.
Se advierte que la vida útil de un vehículo no debe definirse únicamente por su edad, sino por su estado técnico y mantenimiento. Esta regulación no solo se percibe como inconsistente con la legislación vigente, sino que también podría provocar pérdidas económicas, desempleo y una reducción en la capacidad operativa de muchas empresas.
Normas para la inspección y renovación de equipos de transporte de combustibles: La creciente cantidad de normas para la inspección y renovación de los equipos de transporte de combustibles, especialmente en el caso del gasoil a domicilio, añade una carga significativa para las empresas del sector.
Estas regulaciones, aunque necesarias para la seguridad, imponen costos adicionales y requieren inversiones en la actualización y mantenimiento de los vehículos. Esto, a su vez, afecta la viabilidad de muchas pequeñas empresas que dependen de su flotilla actual para operar.
Impacto económico directo
Por lo antes expuesto, la falta de actualización de los márgenes y la creciente presión de costos y otros factores externos están obligando al sector a dejar huellas preocupantes:
- Estaciones que reducirán turnos, horarios o servicios complementarios
- Negocios que operan al borde de la rentabilidad, o con pérdidas
- Dificultades para cumplir protocolos de seguridad o renovar flotillas
- Riesgo de cierre, especialmente en zonas rurales o de bajo volumen
El sector de combustibles genera más de 45,000 empleos y sostiene servicios clave como el transporte de mercancías, el sistema de emergencias y la movilidad pública y privada. Esta red empresarial cumple con el fisco, sostiene infraestructura y opera bajo normativas estrictas. Si la red se debilita, el país entero lo sentirá.
En este período, los costos operativos del sector se han incrementado notablemente:
- Combustibles para la operación interna (generadores, flotillas): +40%
- Salarios mínimos y beneficios laborales: +65% desde 2016
- Pólizas de seguro de flotillas y estaciones: +30% a +50% según tipo de cobertura
- Repuestos y mantenimiento de camiones cisterna: hasta el doble en algunos casos por inflación e importaciones
- Tarifas eléctricas comerciales: alza acumulada cercana al 35%
- Costos bancarios y comisiones por pagos electrónicos: cada vez más altos y no incluidos en el margen
A pesar de estos incrementos, el margen bruto asignado por galón para el detallista (estación) se mantiene por debajo de RD$80, lo que deja un margen neto insuficiente para cubrir la operación y reinversión del negocio.
¿Qué significa esto en la práctica?
- Estaciones operando a pérdida o con rentabilidad mínima
- Reducción de turnos, personal y servicios complementarios
- Dificultad para mantener protocolos de seguridad y mantenimiento
- Riesgo de cierre de estaciones, sobre todo en zonas rurales o fronterizas
- Desincentivo a la inversión privada en expansión o modernización
Esta práctica, calificada por el propio sector como clientelismo distorsionante, desincentiva la inversión formal y desplaza a quienes sí cumplen con sus responsabilidades fiscales y operativas.
Lecciones internacionales: lo que pasa cuando se ignora el margen
La situación que vive el sector de combustibles en República Dominicana no es aislada. En países donde también se han congelado los márgenes de comercialización sin tomar en cuenta el alza de costos operativos, los resultados han sido negativos tanto para el sector como para la ciudadanía.
Algunos ejemplos:
- Argentina (2020-2021): Más de 300 estaciones de servicio cerraron en un año tras el congelamiento de márgenes.
- Guatemala (2014-2016): El paro técnico de varias estaciones obligó al gobierno a revisar los márgenes periódicamente.
- Haití (2022): El sistema colapsó, dejando hospitales sin combustible y parálisis en el transporte.
- Perú (2015): Muchas estaciones se salieron del marco formal, elevando los riesgos de seguridad y evasión fiscal.
La lección es clara: congelar los márgenes sin ajustes técnicos debilita la red de distribución, genera distorsiones y termina afectando al consumidor final.
Este no es un reclamo por más ganancia. Es un llamado urgente por la sostenibilidad de un sector esencial. Si no se ajustan los márgenes de manera técnica, gradual y transparente, la red de distribución nacional sufrirá una contracción inevitable.
El Estado tiene la responsabilidad de proteger al consumidor, pero también de garantizar que quienes mantienen el sistema funcionando puedan operar con rentabilidad digna y estabilidad financiera.
Cada estación que cierra, cada flotilla que se deteriora, cada inversión que se frena, nos aleja de un país moderno, competitivo y seguro. La actualización de márgenes no es una concesión, este margen asfixia: es una necesidad país.