Laura Bécquer
La Habana.- Dos hospitales han comenzado a fomentar los llamados partos respetuosos en Cuba, aún cuando las autoridades reconocen que el país está lejos de poder generalizarlos por falta de capacitación y recursos.
El hospital habanero González Coro es uno de los dos centros escogidos -de los más de 900 en todo el país- para aplicar esta recomendación de 2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aboga por reducir la medicalización a lo imprescindible y poner en el centro el bienestar de la madre y el bebé.
“Pretendemos trabajar en lo que no depende de recursos, como la comunicación, la empatía y el cambio de mentalidad de todos los que intervienen en el parto”, explica a EFE la ginecobstetra Elizabeth Navarro.
El propósito es que “la embarazada se sienta protagonista del proceso, siempre desde el acompañamiento y la vigilancia médica para evitar complicaciones”, afirma desde una sala donde se atiende a dos mujeres que acaban de dar a luz.
“En este momento no podemos estar de espaldas al llamado que hace la OMS. Tratamos de colocar el bebé en el regazo de la madre en cuanto pare porque somos conscientes de que esos primeros minutos de comunicación repercuten para toda la vida en la inteligencia y el comportamiento emocional de ese niño”, añade.
Destaca que el objetivo es “empoderar a la madre”: “Que se sienta capaz de asumir ese momento final de la gestación y lo viva como una experiencia maravillosa y no como una experiencia amarga, dolorosa o un trastorno”.
Todo esto, apostilla Navarro, lo “veníamos haciendo desde hace tiempo”.
FASE DE CAPACITACIÓN
El proyecto parte de la solicitud hecha en 2017 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) al Ministerio de Salud Pública (Minsap) para que “Cuba se insertara en esta temática”, explica a EFE la jefa del departamento de Enfermería de ese ministerio, Anahy Velázquez.
“No es algo novedoso. Tiene como antecedente los programas de maternidad y paternidad responsable y da continuidad a otros implementados en décadas anteriores como el Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI) que incluyen la preparación de la mujer para el parto (la psicoprofilaxis)”, señala.
Añade que la iniciativa está en una fase de capacitación del personal y que “su implementación se ha demorado” a causa de la covid-19.
“Pasaron dos años de pandemia y el sistema cubano de salud tuvo que reintegrarse y por eso es que no hemos podido avanzar más”, apunta Velázquez, que reconoce que completarán la implementación “en la medida que el país tenga las condiciones”.
DENUNCIAS DE MALTRATO
El debate cubano sobre maltrato en el parto -de las prácticas médicas no respetuosas y las actuaciones sin consentimiento al abuso verbal y las burlas- arrancó a raíz de Partos Rotos, una investigación independiente que recogió 514 testimonios de mujeres víctimas de violencia obstétrica.
Según datos de la OMS, la tasa de cesáreas en Cuba es del 40 %, el doble que el promedio mundial, cuando su recomendación está en una horquilla entre el 10 % y el 15 % porque no percibe beneficios extra para madres y bebés a partir de ese porcentaje.
Velázquez asegura al respecto que buscan “seguir fortaleciendo el parto fisiológico”, aunque apunta que “las mujeres en Cuba desean la cesárea porque lo consideran un procedimiento más cómodo”.
GUÍA CONJUNTA
Cuba tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del continente (5 por 1.000 frente al 16 por 1.000 promedio de la región en 2020, según datos del Banco Mundial), algo que la Unfpa relaciona en parte con la medicalización del parto.
Este organismo de la ONU y el Minsap editaron el año pasado una guía conjunta sobre el parto respetuoso en el que advierten que un exceso de medicalización se asocia también “a nivel mundial con complicaciones debidas al intervencionismo”.
En Cuba, reconocieron ambas entidades en ese documento, “se desestima el parto como proceso natural” y “se niega la única necesidad existente, que es la de proteger ese proceso en lugar de intervenirlo y medicalizarlo”.
No obstante, el funcionario del Minsap Erwing Regis matiza en declaraciones a EFE que “no todos los partos en Cuba son medicalizados” y niega que la disminución de la tasa de mortalidad infantil guarde relación con esto.
Este bajo promedio se debe a los estándares del sistema sanitario cubano, aduce: “Está relacionado con el programa del médico de la familia, la calidad en los servicios obstétricos, neonatales y pediátricos, la calidad en las instituciones, el seguimiento individualizado a las pacientes y todo dentro de las normas a cumplir en los procesos obstétricos”. EFE