
TAMPA, Florida, EE.UU. (AP) — Tras el último snap, Tom Brady puso rodilla en tierra y seguido se levantó para abrazar a sus compañeros de los Buccaneers de Tampa Bay.
Con la enorme sonrisa de siempre.
Se acababan de proclamar campeones y Brady había redondeado otra actuación brillante, a la par de sus mejores actuaciones en la cita cumbre del fútbol americano — haciéndolo todo con la incuestionable grandeza que todo el mundo se embelese al verlo entrar a los emparrillados.
No importa el uniforme o la ciudad en la que se encuentre.
Brady estuvo magistral. Fue extraordinario. Y acabó como el Jugador Más Valioso del Super Bowl.
Otra vez. Por quinta ocasión. Y con 43 años de edad.