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El enviado del papa pide en Pekín “unir esfuerzos” para la paz en Ucrania

Ciudad del Vaticano.– El cardenal italiano Matteo Zuppi, emisario del papa Francisco para la guerra en Ucrania, pidió hoy en China “unir esfuerzos” para encontrar “caminos que lleven a la paz”, informó la Santa Sede en un comunicado.

El cardenal italiano mantuvo en Pekín un encuentro sobre Ucrania con el representante del Gobierno chino para Asuntos Euroasiáticos, Li Hui, a pesar de que el Vaticano y China no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951.

El encuentro se ha desarrollado en “un clima abierto y cordial”, según la nota, y en el mismo “se ha subrayado la necesidad de unir esfuerzos para favorecer el diálogo y encontrar recorridos que lleven a la paz” tras la invasión rusa de Ucrania.

La reunión se ha centrado en “la guerra en Ucrania y en sus dramáticas consecuencias” y también se ha afrontado “el problema de la seguridad alimentaria, con el deseo de que se pueda garantizar pronto la exportación de cereales, sobre todo a los países más vulnerables”, termina el escueto comunicado.

La misión de Zuppi en China terminará mañana, 15 de septiembre.

El pasado mayo el papa argentino instauró una misión de paz para buscar iniciativas que “contribuyeran a reducir las tensiones en el conflicto en Ucrania” y se la encargó a este cardenal, reconocido mediador y presidente de la Conferencia Episcopal italiana.

En estos meses Zuppi ha viajado a Ucrania para reunirse con su presidente, Volodímir Zelenski, y después voló a Moscú, donde fue recibido por presidente de la Federación Rusa para asuntos de política exterior, Yuri Ushakov, y la comisionada presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, María Lvova-Belova.

Mantuvo además un encuentro “fructífero” con el influyente patriarca ruso Cirilo (En 2016 Francisco fue el primer papa en reunirse con el jefe de la iglesia ortodoxa rusa en un milenio, desde el cisma del año 1054).

Asimismo el pasado julio el emisario pontificio acudió a Washington para verse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, segundo mandatario católico en la historia del país.

China y Ciudad del Vaticano no mantienen relaciones diplomáticas oficiales desde 1951, en los años del comunista Mao Zedong, y el país asiático cuenta con una iglesia oficial “patriótica” y otra clandestina, leal a Roma.

La visita del cardenal a Pekín marca un avance en el deshielo entre las partes.

Desde entonces, el nombramiento de los obispos católicos en el país asiático ha sido uno de los principales puntos de desacuerdo entre ambos Estados, dado que Pekín considera que su nombramiento desde Roma es una injerencia y la Santa Sede no admite otros prelados que los designados por el papa.

En 2018, ambas partes firmaron un histórico acuerdo provisional sobre nombramiento de obispos, cuya renovación también provisional y sin cambios se anunció el 22 de octubre de 2020 y de nuevo el 22 de octubre de 2022, prorrogado hasta 2024.

Pero esta distensión ha vivido altibajos, como cuando el pasado abril Pekín designó unilateralmente a Joseph Shen Bin como obispo de Shanghái.

Desde el estallido de la guerra, China, que se opone a las sanciones contra Moscú, ha reiterado la importancia del respeto a la integridad territorial de los países, incluido Ucrania, y a las “legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes”, en referencia a Rusia. EFE

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