Dr. Luis Cruz
La cercanía geográfica entre Haití y la República Dominicana ha tejido un vínculo complejo en la salud y la economía, trascendiendo las fronteras políticas. Aunque compartimos similitudes históricas y culturales, la disparidad en el acceso a servicios médicos ha llevado a un flujo de pacientes haitianos hacia suelo dominicano en busca de atención. Si bien este intercambio puede ser enriquecedor, también coloca presión sobre nuestros recursos de salud.
Mientras la República Dominicana ha avanzado en infraestructura médica y acceso a servicios de salud, Haití enfrenta obstáculos en la provisión de atención médica de calidad. Esta situación ha resultado en una dinámica compleja: haitianos cruzando la frontera en busca de tratamiento médico, lo cual impacta tanto en la salud como en la economía dominicana.
Especialmente en el ámbito de la salud, el flujo de pacientes haitianos ha generado una demanda adicional en nuestros recursos de salud. Los centros médicos fronterizos, en particular, atienden a un elevado número de parturientas haitianas, planteando desafíos financieros y logísticos para mantener la calidad de la atención. Esto pone de manifiesto la necesidad de una cooperación transfronteriza más sólida para abordar conjuntamente esta situación y garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud.
Una brecha en la salud
La movilidad y las enfermedades que cruzan la frontera son un problema. Las enfermedades de Haití podrían llegar aquí sin permiso, por lo que debemos estar preparados y en activa vigilancia. La colaboración en salud entre Haití y la República Dominicana es un delicado equilibrio entre beneficios y desafíos. Aprendemos de Haití mientras enfrentamos los desafíos que su realidad social impone en nuestro sistema de salud. Es vital mantener la cooperación y el flujo de conocimiento para encontrar soluciones compartidas a los desafíos que enfrentamos en salud.
A pesar de los retos, la colaboración entre ambas naciones ha demostrado ser efectiva en la respuesta a brotes de enfermedades. Juntos, hemos enfrentado amenazas como el cólera, resaltando la importancia de la colaboración en la contención de enfermedades y la protección de la salud de nuestras poblaciones.
Para enfrentar el impacto de la situación de salud y social haitiana, República Dominicana debe continuar fortaleciendo sus sistemas de detección, control de enfermedades transfronterizas y vigilancia. Además, reforzar las campañas de educación sanitaria para prevenir enfermedades y promover hábitos saludables. Esta iniciativa no solo alivia la carga de enfermedades, sino que también refuerza nuestra resiliencia ante los retos de la situación de salud en Haití.
Nuestra vecindad ha tejido un vínculo único en la salud y la economía. A pesar de los desafíos, la colaboración entre Haití y la República Dominicana ha demostrado cómo podemos trabajar juntos para enfrentar los desafíos y mejorar la salud y el bienestar de ambas naciones. Un futuro más saludable y próspero es posible si continuamos uniendo esfuerzos y compartiendo soluciones.