Venecia Joaquín
Con mucha emoción, el presidente de la República, Luis Abinader, anunció la entrega de “un cariñito”, un regalito, a un millón de madres vulnerables, que viven en extrema pobreza. ¿En qué consiste este cariñito? es un bono por mil quinientos pesos ($1,500) para cada una, con motivo del Dia de las Madres y que lo recibirán por la plataforma que le resulte más fácil.
Muchos cuestionan esa forma de repartir millones de pesos, pero la mayoría comprende el sentir y la intención del gobierno al dar ese cariñito, en ese día tan especial; lleva múltiples mensajes para la población, para el sector público y privado, empresarios, religiosos, familias. El presidente Abinader sabe que eso no resuelve el problema de las familias vulnerables, apena alcanza para la comida de ese significativo día, es un cariñito, una señal de que está pensando en los pobres, no solo con los programas sociales establecidos: supérate, Bono de apoyo familiar, Bono vivienda, Bono gas, Senasa, etc. y los esfuerzos por establecer una estructura que contribuya al desarrollo integral, sino que en el día de las madres, se pone en el lugar de esos hijos, de esas madres tan pobres y le envía aliento.
Ese cariñito es una forma del gobierno poner a pensar en la importancia de las madres en la formación de los hijos, en llenarlos de sanos valores, en poner la base para la paz y estabilidad social; persigue que toda la población reflexiones sobre su valía; busca que algunos lideres políticos, no solo se acerquen a “los hijos de machepa”, para conseguir su voto y una vez en el poder, buscan los “tutumpotes”.
Hay que ser bien intencionado, de noble sentimientos y conocedor de la valía de las madres, para ser presidente de la Republica y enviarle ese cariñito a las madres pobres; destapa la olla de grillo para manipular y desviar la señal que envía de que pensemos en los más infelices, compartiendo lo poco o mucho que tenemos. Hay familias viviendo en extrema pobreza; padres que desde temprano salen a buscar la comida para sus hijos, para sobrevivir; en esas madres fue que el presidente Abinader pensó para enviarle cariñitos.
La esperanza de combatir la miseria está, en que el gobierno nunca detenga el trabajo para establecer una estructura a nivel nacional, que permita a la población desarrollar sus potencialidades, elevar su nivel de vida, formar hijos de bien, útiles a la sociedad, para evitar que caigan en el fango, en la delincuencia.
Obviamente, el cariñito envuelve tiernos mensajes; tranquiliza que el gobierno actúe diferente a lo expresado por el expresidente Leonel Fernández quien en una conferencia en Madrid dijo “no hay una solución nacional a problemas de orden global”, “países buscan soluciones nacionales que no existen”. ¡Claro que existen! .Bueno, dicen que coquetea, sueña con una posición internacional. Gracias a Dios, el presidente Abinader, está centrado en el país; parece seguir al filósofo alemán que dijo: “ya que no puedo hacer llover sobre Alemania entera, me conformo con mojar mi jardín”.