Es muy cierto que tenemos en el país una amplia y creciente presencia de estudiantes haitianos en nuestras escuelas públicas.
Y poco serio sería negar que esa situación agrava el limitado número de aulas para los escolares dominicanos.
Sin embargo, como han establecido el Ministerio de Educación y la Asociación Dominicana de Profesores, el fenómeno en cuestión no es atribuible del todo a la presencia de niños haitianos en las aulas, sino, sobre todo, a la falta de infraestructuras escolares suficientes.
De ahí la necesidad de reconocer que desde hace bastantes años la falta de cupo en nuestras escuelas ha sido un serio problema.
Situación que se ha agravado tras la paralización del programa de construcción de aulas y renovación de escuelas a nivel nacional, operado durante la pasada gestión de gobierno.
Si bien es cierto que debemos afianzarnos en los controles migratorios para desmotivar el crecimiento de escolares haitianos en las escuelas, como acontece también con las parturientas haitianas en los hospitales, en el caso de Educación lo más relevante es renovar el programa de construcción y reconstrucción de aulas en todo el país.
Aunque afectado por inconvenientes como la falta de pago a constructores y propietarios de solares durante la pasada gestión, lo que aconsejable es apelar al rigor de la continuidad del Estado y resolver los obstáculos para avanzar en forma firme en la solución de uno de los más dolorosos contratiempos de la problemática educativa, como es la falta de cupo para nuestros escolares.
